Casi no hay un solo padre de familia que no haya tenido que enfrentar el problema de llevar a sus niños al dentista, y si no lo ha hecho seguramente lo hará en algún momento. Antes de eso lo único que generalmente se hace es forzar a los niños abrir la boca para ver si ya les están saliendo los dientes o más adelante revisar por si acaso tienen una que otra “manchita café”.
Desgraciadamente esta no es la mejor manera para detectar problemas de dentición, caries, etc ya que solo se detectan los problemas demasiado obvios. Un problema dental grave generalmente es sinónimo de dolor, que puede ser constante o al tacto, y para su tratamiento se requiere anestesia.
Lo ideal sería que todo el mundo vigilara atentamente, desde muy temprana edad el desarrollo y evolución de la dentición de los pequeños y que como medida de control acudieran al odontopediatra (dentista para niños) con cierta periodicidad. Esta es la mejor manera para que los problemas dentales puedan ser identificados oportunamente para un tratamiento sencillo, sin incomodidades y sobre todo para evitar que los niños tomen aversión a ir al dentista.
10 cosas que debes saber sobre la anestesia para niños en odontología
Si en los adultos es un problema ir al dentista y lo dejan para cuando el dolor ya es insoportable y no queda otro remedio, en los niños esto puede ser muchísimo más grave debido a que dependiendo de su edad y personalidad no siempre tienen el suficiente autocontrol durante la sesión odontológica, se crean fobias, angustias, etc. Esto dificulta enormemente el trabajo del médico y se pone en riesgo la integridad del niño ya que puede producirse alguna lastimadura o lesión accidental debido a algún movimiento involuntario del pequeño.
Afortunadamente existen diferentes tipos de anestesia para muy variados casos y procedimientos.
Hay un sinnúmero de cosas que debes saber, y que seguramente tu dentista te informará, pero aquí te mencionamos las 10 principales cosas, para que tengas alguna información y tengas bases para exponer tus dudas y temores antes del procedimiento que se vaya a realizar a tu hijo.
¿Sabes en qué consiste la sedación oral? En esta técnica no se trata de dormir al niño sino únicamente mantenerlo en un estado de relajación para que esté libre de miedo y/o ansiedad. Es recomendable para niños no demasiado pequeños y que experimentan un leve miedo o ansiedad. Es aconsejable solo para realizar procedimientos cortos e indoloros. Se administra por vía oral, es decir, el niño toma o bebe el sedante y permanece consciente durante la intervención del médico.
Ahora te explicaremos la sedación moderada intravenosa. Se trata de una técnica mediante la cual el niño también permanece consciente, al igual que en la sedación oral, pero esta se administra por una inyección intravenosa. Los efectos son más fuertes y duraderos por lo que posiblemente el niño no recuerde después los detalles del procedimiento. Se recomienda para niños de corta edad o para mayores pero que requieren de varios procedimientos en una misma sesión.
A continuación tenemos la sedación profunda. Con el uso de esta técnica el niño se mantiene inconsciente pero la sensibilidad al dolor permanece intacta. Se usa simplemente para controlar el comportamiento de aquellos niños que tienen una gran fobia al dentista o bien que no tienen ningún control en su comportamiento. A diferencia de la anestesia general, la sedación profunda puede ser administrada en el consultorio sin necesidad de hospitalización.
Y ahora una pequeña explicación de la anestesia general. Debe ser administrada por anestesiólogo y puede ser por vía intravenosa o bien por inhalación. Su aplicación es muy variada ya que el paciente permanece inconsciente e insensible al dolor. Es la indicada para tratar a los niños con necesidades especiales así como para aquellos que requieren largos procedimientos, ya sean quirúrgicos o no.
¿Qué tipo de anestesia es mejor para tu niño? Para el uso de cualquiera de estos procedimientos generalmente interviene un anestesiólogo y el odontólogo. Ambos se encargan de informar a los padres del niño sobre las opciones a utilizar en un determinado procedimiento, y también sobre los posibles riesgos que se pueden correr con o sin la anestesia o sedación. También darán las indicaciones necesarias para preparar al niño antes de la sesión. Pregunta sobre cualquier duda o temor que tengas.
¿Cómo saber que tu hijo está bien mientras dura el efecto de la anestesia? Mientras el odontólogo realiza su trabajo, el anestesiólogo verifica mediante diferentes instrumentos los signos vitales de tu pequeño, la evolución del medicamento administrado, etc., al igual que si estuviera en un hospital.
Si la sedación o la anestesia llevan algún riesgo ¿por qué se utilizan? Es simple, y no se trata de la comodidad del médico ni de un motivo más para cobrar por ello. Se trata de elegir entre lo que implica el menor riesgo para el pequeño. Un niño que no se controla puede originar un accidente de gravedad o simplemente impedir el trabajo del médico con las consecuentes complicaciones de su caso en particular.
¿A quiénes beneficia el uso de sedantes y/o anestésicos? Como ya hemos dicho, se beneficia a niños y a otros pacientes con problemas de fobias, pánico, ansiedad, falta de autocontrol, tanto de conducta como de sus movimientos, etc. Por otro lado en determinados casos es posible realizar no solamente un procedimiento por vez sino varios, lo cual reduce el número de consultas y en consecuencia aminora las situaciones dramáticas que tienen que enfrentar los niños.
Precauciones. Antes de indicar un determinado tipo de sedación o anestesia se debe realizar un examen minucioso del estado general de salud del niño, y en caso de que tenga algún padecimiento como diabetes, hipertensión o de otro tipo, que esté todo bajo control.
Para dar de alta a un niño después de haber sido sedado o anestesiado no se trata solamente de que vuelva en sí y “parezca” de vuelta a la normalidad y es el médico quien lo determina.
Fuente: Centauro
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