CIUDAD DE MÉXICO.- Después de estar recluido 35 días en el en el Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial, acusado de robo equivalente a 21 pesos a una tienda de Soriana, pese a tener una discapacidad intelectual, Erick Javier Najar Montaño ya está libre.
Ayer por la noche, luego de que el Juez 31 Penal Eligio Cruz Pérez revaloró las pruebas del caso, el hombre de 32 años de edad –con una mentalidad de un niño de 10— fue recibido por sus familiares, maestros y vecinos y aseguró: “Nunca más regresaré a una tienda Soriana”.
Sin embargo, aunque quedó en libertad, la Comisión de Derechos Humanos capitalina y la Comisión de Reclusorios de la Asamblea Legislativa local anunciaron que promoverán investigaciones para analizar las irregularidades detectadas en el caso y determinar el abuso de autoridad del que fue víctima.
Representantes de ambos organismos informaron que solicitarán a la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia locales reportes sobre el modo en que operó personal a su cargo en la detención y puesta a disposición de Najar Montaño ante el Ministerio Público.
Entre las violaciones a las garantías del inculpado denunciadas por la defensa de Erick Javier se cuenta que la detención se realizó con violencia, que fue obligado a firmar unas hojas, aún cuando no sabe leer, y no tuvo asistencia legal alguna, además de que no se tomó en cuenta su discapacidad. Por este simple hecho, según el procedimiento legal, debió ser declarado inimputable.
La liberación de Najar Montaño se logró luego de que el pasado domingo el diario Reforma publicó el caso, mismo que fue replicado por distintos medios de comunicación.
El lunes, la cadena de supermercados Soriana envió una carta para informar que otorgaba “el perdón” y se desistiría de la denuncia, aunque alegó que siguió los protocolos de seguridad de la empresa –porque el joven se resistió a la detención– y que la discapacidad de Erick no es evidente. El desistimiento lo hizo hasta el martes.
Además, el Ministerio Público dejó sin efecto la imputación del delito de robo agravado por dos manzanas y un refresco equivalentes a 21 pesos, cantidad que el entonces acusado aseguró que se dirigía a las cajas a pagar.
La presión social contra la cadena de supermercados y las autoridades de seguridad y procuración de justicia creció, sobre todo en las redes sociales.
Ayer por la tarde, el Tribunal Superior de Justicia local informó que el juez 31 penal analizó el caso y decidió que no había acusaciones que sustentaran un delito, por lo cual quedaría en libertad en las próximas horas.
Fuente: Proceso
0 comentarios :
Publicar un comentario