Cuando éramos niños, todos nos preguntábamos de donde venían estas arrugas que se formaban en las yemas de los dedos cuando pasábamos mucho tiempo en el agua, incluso nos resultaba bastante gracioso.
Hace años, los científicos explicaban este fenómeno diciendo que cuando estábamos expuestos al agua durante mucho tiempo, la primera capa de la piel se dilataba, y debido a esto la piel se arrugaba.
Sin embargo, si la piel absorbiera la humedad de esta manera, todo el cuerpo se arrugaría y no solo los dedos. En 1935, doctores notaron que, en los pacientes con el sistema nervioso dañado, no se les arrugaba la piel, así que la explicación a este fenómeno debía deberse al área de la neurociencia.
Así que los científicos llegaron a la conclusión que se debía a una reacción involuntaria, como reflejo del curso de evolución del organismo, con el fin de facilitar un mejor agarre para las superficies mojadas.
Así como las bandas de los neumáticos, la piel arrugada facilita atrapar un pez en el agua o caminar sobre hierba mojada. Aunque el ser humano actualmente no camina descalzo o en superficies mojadas, el reflejo puede sernos útil. Si lo notas, una barra de jabón húmeda es más fácil de sostener cuando tus dedos están arrugados.
Fuente: Exolas
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