La mayoría de los infieles nunca confiesan sus aventuras amorosas a menos que sean descubiertos y aún así continúan negándolas
Uno de los golpes más duros que recibe una pareja y que en ocasiones nunca logra superar es el de la infidelidad. A pesar de que se dice que el ser humano es de naturaleza monógama, en algunos casos la regla se rompe y un miembro de la pareja 'traiciona' la confianza y el amor de otro.
Una de las características de la infidelidad es que en muchos casos, la persona infiel no está perdidamente enamorada de la otra persona, por el contrario, la mayoría de las infidelidades duran muy poco, por eso son llamadas 'aventuras' su duración es mínima comparada con la vida marital.
Cada cabeza es un mundo. Hay personas que son infieles 'por naturaleza' y no tienen ningún remordimiento y si son descubiertos, sólo cambian de persona, pero otros cometen el error y sufren las consecuencias de estos aunque su pareja 'formal' o esposa no lo sepa.
Las personas que tienen un poco de cargo de conciencia pasan por el terrible dilema de confesar o simplemente 'hacerse de la vista gorda' e ignorar lo que sucedió, pediéndole a todos los santos que nunca se descubra y viviendo en un eterno estado de malestar o tensión.
Miedo, cinismo y en ocasiones cobardía son algunos de los factores que influyen para que alguien no confiese que tuvo una relación extra marital. Checa aquí algunas de las excusas más comunes que usan los infieles para no expresar lo que hicieron:
NO QUIERO QUE MI ESPOSA (O) SUFRA
Esa es la mayor de las excusas, un escudo para 'proteger' a la pareja cuando en realidad no quieren hacerle frente a la situación. Como en la mayoría de los casos las relaciones extra maritales son de corta duración, al infiel le parece bueno no hacer publico algo que no pasara de ser una simple aventura.
OJOS QUE NO VEN, CORAZÓN QUE NO SIENTE
¿Para qué confesar algo que no volverá a ocurrir?, la mayoría de las personas piensan que no volverán a caer en 'tentaciones', así que, si su pareja no se enteró la relación continuara igual, ¿para qué ponerla en riesgo?.
VOY A PERDER A MI FAMILIA
El infiel sabe que hay una posibilidad de que su pareja no lo perdone. Y el desenlace será el divorcio, separándose así de sus hijos, en caso de que tengan.
MI PAREJA NO VA A SOPORTAR SABER LA VERDAD
Los seres humanos tenemos la horrible costumbre de pensar por el otro, y a 'proyectar' nuestros sentimientos, si estamos tristes vemos tristeza en todo lo que nos rodea. Por eso, si nos ponemos a pensar en cómo nos sentiríamos si nos traicionaran de esa manera, y llegamos a la conclusión de que muy mal, creemos que nuestra pareja reaccionaría igual.
PONEMOS CONTINUAR COMO SI NADA PASARA
'Borron y cuenta nueva'. Muchos infieles creen que esa 'aventura' fue una parteaguas en su relación y que pueden empezar de nuevo. Esté es solo un 'después' en su matrimonio y ese después es un nuevo comienzo.
YA ME ARREPENTÍ Y ME PROMETÍ NO VOLVER A HACERLO
Ambos pasos son correctos, pero el verdadero arrepentimiento conlleva la confesión. En todo acto que cometemos que involucre un daño o una víctima, la confesión es necesaria para saldar la 'deuda'. Si ya se prometió no hacerlo de nuevo, será más fácil, ya que tanto la confesión como el supuesto arrepentimiento no serán fingidos.
MIEDO
Esta, es quizás la razón fundamental y madre de todas las anteriores. El temor a perder, a que todo cambie, a que la pareja se aleje es lo que ocasiona que confesar sea en lo ultimo que se piense.
La confianza se construye con los años y se destruye en un segundo. Es importante decir lo que hicimos, tener el valor de enfrentar las consecuencias de nuestros actos. Nada hiere más a una persona que la traición.
Fuente: Enpareja
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