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Hector Beltran Leyva alias "El H", su esposa y su vida social.


El 24 de abril de 1999, a unos cuantos metros de la Octava Zona Naval Militar, en la majestuosa playa del hotel Hyatt Regency de Acapulco, el reconocido diseñador mexicano de alta costura Armando Mafud - quien se acababa de presentar con rotundo éxito en el museo de Louvre - exhibió su mas reciente colección ante un numeroso pero selecto grupo de invitados.

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Mientras la espuma blanca de las olas apenas rosaba la pasarela, la socialite de Acapulco contemplaba a las mas bellas modelos mexicanas luciendo las exuberantes prendas del diseñador. El invitado que imprimió glamour y realeza a la noche fue el barón Enrico Di Portanova, conocido como uno de los miembros mas extravagantes del jet set internacional, negus lo definió una vez el diario The New York Times, el magnate iba acompañado por su exquisita esposa, la baronesa Sandra Di Portanova. Enrico era poseedor de una personalidad que no podía pasar desapercibida.

A su edad madura se asemejaba mas a Vito Corleone que a un aristócrata. Eran notables las cirugías en su rostro para intentar  en vano conservar los pedazos de su juventud. De cabello relamido, bigote fino y cejas pobladas, el barón era fanático de los cigarros Monte Cristo, que colgaban de varios bolsillos de sus chaquetas.

Bajo la regla de que las mejores cosas de la vida son "el sol, el sexo y el espagueti", desde finales de la década de 1980 el barón de origen italiano convirtió  a la "bahía mas hermosa del mundo" en su segundo hogar, ahí poseía una suntuosa mansión conocida como Villa Arabesque, en el fraccionamiento Las Brisas, con 28 dormitorios, 26 baños, cinco cocinas, cuatro albercas, cascadas, su propia discoteca y un helipuerto. En las fiestas que los barones organizaban y a las que acudían, iba solo lo mejor de la sociedad: desde políticos como Henry Kissinger y su esposa Nancy, el ex-embajador Jeffrey Davidow y el astronauta Buzz Aldrin, hasta artistas como Frank Sinatra y Joan Collins.

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La sola aparición del barón Di Portanova daba una categoría superior a la gala de moda de aquel día. Originalmente se había planeado que el desfile se realizara unas semanas antes en el Fuerte de San Diego Acapulco, pero de ultimo momento se cambio la sede al Hyatt Regency, propiedad del empresario Moises Saba Masri. La reconocida modelo Montserrat Olivier acepto ser la imagen de exhibición y poso en una provocativa fotografía impresa en las invitaciones. Todo estaba listo, nada podía salir mal, a los organizadores se les iba la vida en ello, literalmente, a la velada asistieron aproximadamente 600 personas.

Poco a poco fueron llegando los invitados, ademas del barón Di Portanova, la noche fue engalanada con la presencia del propio Moises Saba Masri, del embajador de Francia en México, Bruno Delaye, así como de la directora de eventos de moda Beatriz Calles, Considerada una eminencia en la industria del estilo, organizadora del Fashion Week México y productora del desfile de esa noche, también acudieron integrantes de la farándula como, Susana Dosamantes, Lolita Ayala, Jacqueline Andere, Sarah Bustani y Eugenio Derbez, narran las crónicas sociales publicadas los días posteriores.

Los patrocinadores del desfile fueron el empresario Alonso Rivera Muñoz y su encantadora esposa Clara Elena Laborin Archuleta. El pretexto era recabar fondos para la Fundacion Mexicana de Lucha contra el Sida, presidida por Guillermo Francisco Oscaña Predal, amigo personal del "ingeniero" Rivera Muñoz y su esposa, en realidad Clara Elena Laborin Archuleta quería dar a conocer el lujoso spa Debanhy que estaba construyendo en Acapulco, para el que incluso ya había contratado a un masajista búlgaro, era tal su interés que días antes del desfile de modas Armando Mafud y ella misma ofrecieron un cóctel en el restaurante La Gran Casona en la colonia Polanco, para informar sobre los detalles del acontecimiento.


Clara Elena Laborin Archuleta fue levantada por un comando armado el 23 de Abril de 2010 ella fue puesta en libertad

Rivera Muñoz media 1.90 metros de estatura, era delgado, de tez blanca y tenia un fino bigote. Al "ingeniero" le gustaba complacer en todo a su inquieta esposa, ademas de que ese tipo de eventos le permitían tener contacto social y conocer gente nueva para sus negocios, Rivera Muñoz estuvo presente en el desfile, pero de manera discreta, contemplaba la escena desde el área del bar. Si esa noche de puro glamour se hubiera sabido públicamente que el generoso "ingeniero", tan preocupado por los enfermos de sida, era en realidad el audaz y sanguinario Narcotraficante Hector Beltran Leyva, El H, originario de Badiraguato, Sinaloa y jefe de la plaza de Guerrero junto con su hermano Marcos Arturo, El Barbas, el barón Di Portanova y demás invitados habrían terminado en la PGR rindiendo su declaración ministerial o en las listas de sospechosos de la DEA.


Hector Beltran Leyva, El H se hacia pasar por el Ingeniero "Alonso Rivera Muñoz", Fotografía tomada tras su detención en 2014

El clan de los Beltran Leyva ha sido uno de los mas temerarios, innovadores y atroces en la historia del narcotrafico en México. Tuvieron la capacidad de infiltrarse en todas las esferas de la sociedad mexicana: la política, la seguridad publica, la justicia, la farándula y la socialite, Esa es la verdadera capacidad de los narcotraficantes mexicanos.


Fuente: El blog del narco


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