Laura Hillier perdió la batalla contra la leucemia hace una semana, sucumbió a la enfermedad contra la que ella luchó tan valientemente durante los últimos siete meses.
La joven de 18 años de edad, emprendió una batalla pública para que las personas con cáncer tuvieran un acceso más rápido a las camas de trasplantes y a donantes de células madre. Pero lamentablemente murió a las 9:59 de la mañana en el Centro de Cáncer de Juravinski acompañada de su madre Frances, su papá Greg y su hermana Heather.
Su papá dice que Laura a pesar de todo tuvo una gran pelea, porque siempre estuvo muy comprometida, tratando de obtener éxito en todo lo que se proponía. Ella quería tener la oportunidad de experimentar todo lo posible en la vida, pero por desgracia no tenía no la tuvo. Luchó duro y a largo plazo y se sobrepuso ante las pérdidas en la unidad de Cuidados Intensivos en noviembre y diciembre. No muchos médicos pensaron que resistiría tanto debido a las complicaciones que se desarrollaron. Lo que pasó fue que la leucemia regresó con mucho más fuerza de la esperada.
Esta vez las células leucémicas insidiosos circularon por todo su torrente sanguíneo causando complicaciones peligrosas. Al final, los medicamentos tóxicos que se utilizaron para tratar su grave condición fueron ineficaces. En última instancia, su corazón no pudo resistir más y se detuvo, dijo Greg.
En julio, Laura y su madre Frances hicieron pública su enfermedad cuando se determinó que a pesar de que se había encontrado un donante de células madre para Laura, el trasplante no era posible realizarlo debido a la falta de camas de trasplante, no sólo en Juravinski, sino en toda la provincia. Los pacientes como Laura se vieron obligados a someterse a rondas de quimioterapia innecesarias mientras esperaban
Llamándolo cruel, inhumano y potencialmente mortal para los pacientes, Frances escribió una sentida carta al presidente de Cancer Care Ontario, el Dr. Michael Sherar, con copia para el premier de Ontario, el ministro de salud de la provincia y cualquier otra persona que creía que podía intervenir.
Tras su fallecimiento y en vista de que por razones obvias no podría asistir a su acto de graduación, todos sus compañeros y amigos de la escuela le hicieron un bonito homenaje el día en que fue enterrada. Fue algo realmente emotivo. Escribieron frases en su ataúd con mensajes de cariño y resaltando lo extraordinaria persona que fue en vida.
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Fuente: Mitvesparati
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