¿Se imagina llegar a un punto en el que no sabe cuánto dinero tiene? Eso le confesó el líder del cártel de Cali, Colombia, Gilberto Rodríguez Orejuela, a quien fuera su compañera por ocho años. Ese detalle es sólo un vistazo del negocio ilegal de las drogas que se han convertido en verdaderas multinacionales del crimen.
En el 2011 la revista Forbes ponía a Joaquín “El Chapo” Guzmán entre los hombres más ricos del mundo y el segundo en México, con una fortuna estimada en 1,000 millones de dólares. Hoy en día esta fortuna se estima en miles de millones.
Según la Fiscalía de Colombia, la fortuna de Rodríguez Orejuela, conocido como “El ajedrecista” superaba los mil millones de dólares al tiempo de su arresto en 1995. Pablo Escobar, líder del cártel de Medellín tenía un patrimonio que calcularon entre los $9,000 y los $15,000 millones de dólares.
Lo que muchos se preguntan es ¿qué pasa con esas fortunas cuando los narcotraficantes son arrestados?
En México, según Alonso Carriles, director del Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), una dependencia de la Secretaria de Hacienda, cuando reciben bienes, son asegurados y resguardados por la Procuraduría General de la Republica (PGR) hasta que los procesos penales contra sus dueños están abiertos. La cifra de dinero resguardado pudiera estar arriba de los $330 millones de dólares.
En Estados Unidos el proceso de incautación de bienes provenientes de la delincuencia depende de quien haga el decomiso. “Si es un caso típico, donde hacen una parada de tráfico y de ahí empiezan a oler o mirar cosas que resultan en un arresto de narcotraficantes, ese es un caso estatal”, dice el detective Rodolfo Rodriguez del Departamento de Policía de los Ángeles (LAPD).
El dinero encontrado o los bienes incautados van a un fiscal quien determina si existen suficientes pruebas para que el caso se vaya a una corte. El dueño debe probar la inocencia de lo que ha sido confiscado.
Una vez se determine la legalidad o ilegalidad del dinero y víctimas del crimen sean compensadas, el Departamento de Justicia, bajo una ley llamada Distribución equitativa de fondos reparte el dinero sobrante a los departamentos de policía que hayan estado involucrados en la investigación del caso. “Por ley, 65% va al departamento que confiscó, 35% se divide entre el estado y los fiscales, para continuar operaciones antidroga”.
Entre el 2001 y el 2014, de acuerdo a una investigación que hizo el periódicoThe Washington Post con estadísticas del Departamento de Justicia, La Policía de los Ángeles recibió $18.4 millones de dólares bajo este programa, la Policía de Nueva York $27 millones de dólares, y el Departamento del Alguacil de los Ángeles obtuvo $24.3 millones de dólares.
Dinero que se utiliza para comprar equipo, tecnología, entrenamientos y operaciones para seguir combatiendo el narcotráfico.
En caso de que los bienes resulten decomisados por una operación federal en la que participan entidades como el FBI o la DEA, el dinero termina bajo la custodia de los Departamentos del Tesoro y de Justicia, y los bienes y propiedades son revendidas en subastas.
Tal fue el caso de la mansión que tenía el capo colombiano Pablo Escobar en Miami Beach, la cual fue comprada por una pareja de la Florida hace más de 20 años por menos de un millón de dólares, un precio muy por debajo del mercado para una mansión con vista al océano.
Jim Shedd, ex agente de la DEA en los tiempos del capo colombiano, dice que los narcotraficantes de hoy ya aprendieron la lección del pasado refiriéndose a los bienes que tenía Escobar en Miami. “Él tenía negocios de carros aquí, tenía caballos en Ocala, tenía un edificio de apartamentos de renta. Todo eso fue confiscado. Entonces ellos aprenden, para que voy a invertir en los Estados Unidos si me lo quitan”.
Según Roberto Saviano, periodista italiano quien escribió el libro Cero, Cero, Cero, una investigación sobre la mafia italiana, dice que por experiencia, asume que “El Chapo no tiene cosas”. Y las cosas que tiene las tiene bajo personas insospechadas. “Para poder requisarlas debes buscar los lazos. No las da a los parientes. Lo pone bajo una persona cualquiera.”
No importa si son casas, caballos de paso o autos de alto cilindraje. En México, cuando los bienes no son reclamados, también terminan en subastas. La semana pasada el equipo de Univisión asistió a una donde se ofrecieron un Ferrari y un Maserati cuyo valor ascendía a $300,000 dólares. El comprador se lo llevaron por la mitad de ese precio.
De acuerdo a Gabriel Regino, abogado penalista, en México subastan edificios, tierras, hoteles y casas. Aunque destaca que las casas, son las más difícil de vender, ya que comprar una casa donde ha vivido un capo o su familia, puede traer problemas a sus nuevos dueños, por eso el gobierno mexicano ha optado por rentarlas a organizaciones sin fines de lucro.
En Colombia, mientras tanto, una vez que los bienes son embargados, también se abre un período para que el afectado pueda defender su propiedad. Si se prueba que los bienes fueron adquiridos de forma Ilícita, la Fiscalía General los cede a una administradora de bienes del Fondo de reparación de víctimas y lucha contra el crimen organizado. Fue allí donde quedaron muchos de los bienes que en algún momento pertenecieron a Pablo Escobar y otros líderes los carteles de Medellín y Cali.
Es por eso que el hijo de Pablo Escobar ha asegurado públicamente, que ni él, ni su familia se quedó con dinero o bien algún producto del narcotráfico y que todo quedó en manos del gobierno. Según ha dicho, él sólo heredó un reloj de su papá.
Fuente: Aristegui noticias
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