El pasado sábado, sobre las diez de la mañana, un incendio en el cuadro eléctrico de una vivienda de la localidad coruñesa de Cedeira, España, alarmó a los vecinos.
Las llamas solo afectaban al portal, pero la humareda les alertó a todos. El hueco de la escalera hizo de chimenea y el humo subió rápidamente hasta los pisos más elevados.
Yvonne, una vecina del tercer piso, dormía en el momento en el que se desató el incendio, despertó al escuchar gritos y notó que no podía respirar. Fue hacia la puerta de entrada de la vivienda, vio una lengua de fuego y se acercó a la ventana en busca de aire.
Desde allí, Yvonne vio cómo su pareja Christian y varios vecinos le gritaban desde abajo. Cuando todavía no había dado tiempo a que llegaran los bomberos ni protección civil, lanzó una manta y entre Christian, varios vecinos y vendedores ambulantes de un mercadillo cercano sujetaron la manta a la que se lanzó.
Pese a tropezar en el alféizar de una ventana del segundo, consiguió caer en la manta. Sólo tiene un golpe en la cadera y todavía no puede comer nada sólido porque tiene quemadas las fosas nasales y la garganta por haber inhalado el humo caliente.
Ahora se siente afortunada por haberse salvado gracias a sus "ángeles de la guarda", como llama a los vecinos que aguantaron la manta que salvó su vida.
Fuente: Noticiasmvs
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