La tumescencia peneal nocturna, más conocida como erección espontánea, es un fenómeno fisiológico al que rodean muchos tabúes, algunos de los cuales están más cerca de ser superados gracias a un nuevo estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine.
Tal y como recuerda la investigación, a pesar de que los hombres piensen unas 20 veces al día en sexo, las imponentes erecciones matutinas no llevan implícita la excitación sexual, ni siquiera la experimentada durante un posible sueño erótico, sino que tienen un significado más mundano y no existe por tanto motivo para el rubor del acompañante.
Se trata de un mecanismo natural que desencadena la relajación de la musculatura de los cuerpos cavernosos y las arterias del interior del miembro, permitiendo una mayor afluencia de sangre y oxígeno. Como resultado, el pene aumenta visiblemente su volumen, pasando de los cinco o seis centímetros a los 12 o 14. Este endurecimiento rutinario ayuda a la revitalización y regeneración de los tejidos del órgano genital, preservando así su buen funcionamiento.
Aunque se hable de erecciones matutinas, estas ocurren realmente durante la noche, con una frecuencia de entre una y cinco veces, y una duración de entre 15 y 40 minutos. Las erecciones coinciden con las fases de sueño MOR (de hecho, se las denomina en la actualidad como “erecciones vinculadas al sueño”), etapas caracterizadas por un mayor movimiento ocular y en las que hay una alta actividad fisiológica general, quedando la última de ellas como testigo de dicho noctambulismo fálico.
Durante el sueño se elevan además los niveles de testosterona alcanzando su máximo a primera hora de la mañana, lo que, unido a la acumulación de orina en la vejiga, puede estimular levemente la erección (por suerte para los recién levantados, es posible orinar durante la tumescencia).
Cualquier individuo que goce de plena salud experimentará erecciones con periodicidad diaria, si bien el pico de edad se encuentra entre los 13 y los 15 años, etapa en la que el hombre pasa el 30 por ciento del sueño con el pene enhiesto. La ausencia de este despertar suele ser señal de un problema de disfunción eréctil asociado a ciertos hábitos cotidianos o a dolencias más graves.
Fuente: Muy interesante
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