Llega ese momento en la vida de toda mujer donde usar tacones ya ni siquiera vale la pena.
El zapato alto, los centímetros de altura y el hecho de que tus piernas se ven increíbles en ellos no logran superar a las ampollas, el dolor en la espalda, los tropiezos y el odio por las calles desniveladas.
Tus piernas se alargarán: Los tacones dan la ilusión de unas piernas más largas, pero dejar de usarlos hará que tus piernas estén más largas. En un estudio hecho por el Diario de la Psicologia Aplicada, investigadores descubrieron que el uso habitual de los tacones obliga a las mujeres a dar pasos más cortos, por lo que los músculos del tobillo se acortan. En cambio, caminar con zapato bajo, hará que tus tobillos regresan a su forma natural.
Tu espalda te lo agradecerá: Los tacones hacen que tus pompas se vean increíbles por una razón: cambian la dirección de la pelvis. Esto no solamente hace que se incremente la presión en la región lumbar de la espalda, sino que también obliga a tomar una posición dolorosa y perjudicial. Cuando te quitas los tacones, tu espalda regresa a la normalidad e incluso alivia su dolor.
Te dolerán los pies: Usar tacones acorta el tobillo y el tendón de Aquiles. Cuando de repente utilizas zapato bajo, automáticamente sentirás una tensión en los tendones. Esto sucede porque el tendón tiene que regresar a su tamaño y posición natural, lo cual puede ocurrir en un par de días o una semana.
Tus rodillas mejorarán: Sin importar qué tan buenas se vean tus pompas con tacones, gracias a ellos el centro de gravedad de tu cuerpo cambia, así que se estresan los tendones y los ligamentos de las rodillas.
Tendrás un mejor equilibrio: Un estudio hecho en Corea del Sur demostró que el uso constante de tacones provoca desequilibrio de fuera entre los músculos y los tobillos, creado así una mala postura y equilibrio. En cambio, utilizar zapato bajo hace que el tobillo funcione de manera natural, promoviendo estabilidad y balance.
Fuente: Eme de mujer
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