Indiscutiblemente y muy a pesar de todos los malos comentarios al respecto, ser padre es una de las más grandes maravillas que podrás experimentar.
Es sencillamente una bendición que pese a todas las responsabilidades y compromisos que implica, te confiere de la felicidad más grande del mundo, sin embargo, lamentablemente nuestra falta de conocimiento respecto a su cuidado, ocasiona que pongamos en peligro a quienes más amos, nuestros hijos.
Pañales, talco, ropita de bebé, chupones, biberones, papillas, en fin, con la llegada de un bebé a casa, definitivamente los artículos que te encontrarás por los pasillos serán muy diferentes a los que te topabas en tu vida de soltera. Tu prioridad ya no es tu apariencia, sino el bienestar de ese pequeño ser que ahora es tu responsabilidad y para el que indudablemente quieres lo mejor.
Escuchar su llanto es algo que te parte el alma, motivo por el cual haces hasta lo imposible con tal de evitarlo y claro, si ello implica verlo todo el día con el chupón qué importa, finalmente ¿Qué daño podría hacerle ese pequeño artículo?
Pues bien, de acuerdo con estudios hechos recientemente por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Washington, así como con una publicación hecha por la revista médica “BMC Pediatrics”, quedó comprobado que pese a que el chupón sí es una herramienta que tranquiliza a los infantes y evita problemas de reflujo, el uso de este artículo ocasiona problemas en su dentadura, infecciones en el oído e incluso, retraso en el habla.
Sabemos que retirar el chupón puede llegar a ser algo verdaderamente complicado, sobre todo cuando el niño ya guarda cierto hábito con el. Sin embargo, se trata de algo que debes hacer, de lo contrario esto pudiera provocarle una infección, desafortunadamente a esa edad una infeccion de oído por ejemplo, puede ser lo suficiente agresiva como para acabar con su vida.
Tal y como lo oyes, de acuerdo con las investigaciones realizadas, los niños amantes del chupón al no ejercitar adecuadamente los músculos de la cavidad oral, no alcanzan a formar la musculatura necesaria para desarrolloar adecuadamente el habla.
Es importante que si tu hijo tiene este mal hábito, comiences a quitárselo paulatinamente. Inicia limitándole su uso de forma gradual hasta que se olvide de el por completo, recuerda, más vale prevenir que lamentar. Protégelos, ellos dependen de ti.
Fuente: Badabun
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