Luis Ortiz no recuerda mucho sobre aquel fatídico día de septiembre en el que casi pierde la vida a causa de un gusano que se movía en su cerebro.
El residente de California, de 26 años, estaba en patineta cerca de la casa de sus padres en Napa, cuando repentinamente los dolores de cabeza que durante días había sentido se intensificaron. Después de que Ortiz regresó a su casa, se sintió desorientado y comenzó a vomitar.
“Es en ese momento cuando las cosas se tornan borrosas para mí”, le dijo al Napa Valley Register.
La mamá de Ortiz lo llevó de urgencia al hospital, pero su condición siguió empeorando. Ortiz cayó en coma y los doctores se vieron forzados a hacer un pequeño agujero en su cabeza para drenar el cerebro inflamado.
Después de varias pruebas, se encontró la causa de la hinchazón: había una larva viva de lombriz solitaria atrapada en el fondo del cerebro de Ortiz.
“Seguía meneándose y moviéndose por ahí”, le dijo Ortiz a Los Angeles Times.
Los doctores de Ortiz en el Queen of the Valley Medical Center in Napa dijeron que tuvo mucha suerte de haber llegado al hospital en ese momento. El parásito había formado un quiste que estaba causando una obstrucción en su cerebro; otros 30 minutos y “habría muerto”, le dijo el Dr. Soren Singel al Register.
Singel es el neurocirujano que exitosamente logró retirar el quiste del cerebro de Ortiz. Fue una cirugía complicada; una enfermera del hospital la comparó con “estar de pie al final de una habitación de 20 pies, para luego tener que utilizar un sorbete para llegar a un sitio, o a un punto, en el otro extremo de la pared”, según publicó Times.
Ortiz, quien fue dado de alta del hospital antes de Halloween, dijo que su recuperación ha sido un proceso difícil y prolongado. Ha sufrido cierta pérdida de memoria y se vio obligado a dejar de asistir a la Sacramento State University, en donde estudiaba, y a volver a casa de sus padres. Por ahora, no puede ni manejar ni trabajar.
A pesar de la dura prueba que atraviesa, Ortiz dijo que agradece estar vivo.
“Probablemente es más gratificante seguir viviendo, porque si me hubiera esperado un poco más, quizá no estaría aquí ahora mismo”, le dijo a CBS San Francisco.
Las infecciones por lombriz solitaria pueden ocurrir cuando la gente entra en contacto con comida, agua u otras superficies contaminadas con sus huevecillos. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, esta enfermedad es un problema mundial, aunque es más frecuente en países en desarrollo.
Las personas pueden prevenir la contaminación al lavarse correctamente las manos, lavar y pelar las frutas y vegetales crudos antes de comerlos, y siendo cuidadosos de solo tomar agua potable cuando viajen, informó The Associated Press. Cocinar carne a temperaturas seguras es una medida preventiva.
Ortiz todavía no tiene idea de cómo llegó la larva de solitaria a su cuerpo. Sus doctores especulan que pudo haber ingerido los huevecillos de solitaria a través de algo que comió, y que eventualmente esa larva halló el camino hacia su cerebro.
“No podía creer que algo así me hubiera pasado. No sabía que había un parásito en mi cerebro tratado de arruinarme la vida”, le dijo Ortiz al Register.
Fuente: Vip digital
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