Es obvio que te van a dar ganas de ir al baño cuando sales a tomar con tus amigas. Y después de ir una vez al baño, terminas queriendo regresar cada 5 minutos.
¿Por qué? La razón detrás de esto es que no puedes detener tu cuerpo a pensar que fue un ALIVIO ir al baño después de un par de tragos, y como tu cerebro registró esa señal de placer, obliga a tu cuerpo a hacerlo lo más rápido posible.
Durante la noche de tragos, tu cerebro simplemente te dice: “Bueno pues, orinaste una vez hace poco… se sintió bien, así que deberías hacerlo más seguido, ¿no crees?” Pero aunque se sienta bien, en los bares debes esperar mucho tiempo para poder ir al baño: las filas son largas, las ganas de bailar altas y, por supuesto, el tiempo que tienes para disfrutar de la fiesta es POCO. Así que haces lo más obvio: te aguantas las ganas de hacer pipí.
Ignorar la necesidad de ir al baño no sólo podría ser malo para tu estado de ánimo, sino que también para tu salud. Para asustarte, te compartimos la historia de terror de un doctor del ejército de Estados Unidos sobre este tema: “Un joven soldado llegó a mi después de haberse emborrachado y desmayado la noche anterior. Su vejiga tuvo que aguantar el equivalente a 3 botellas de vino y obviamente colapsó, como si hubiera sido un globo desinflado. Después de eso, el paciente no pudo orinar de manera normal… y hasta ahora no puede hacerlo. De hecho, tenía que meterse un catéter en su miembro de 4 a 6 veces al DÍA”
Y ESO es lo peor que puede pasar. Pero en un viaje en carretera, aguantarse las ganas por una hora o 2 no puede causar daño permanente, pero hacerlo en periodos muy prolongados y de manera frecuente podría perjudicar gravemente la vejiga, sin mencionar que también incrementa el riesgo de desarrollar infecciones.
La vejiga adulta puede aguantar hasta 2 tazas de vino antes de que el cerebro mande la señal de que necesitas orinar. Pero si fuerzas a tu vejiga a aguantar más de su capacidad, obviamente habrá repercusiones.
Fuente: Eme de mujer
0 comentarios :
Publicar un comentario