Operación de la Marina, Armada de México que consistía en la captura del narcotraficante mas buscado del mundo Joaquin "El Chapo" Guzmán.
Posterior a la captura la empresa Televisa y uno de sus reporteros estelares "Carlos Loret de Mola" difundieron de manera exclusiva un vídeo de poco mas de 14 minutos en donde difunden un enfrentamiento entre elementos de la Marina y los guardaespaldas de "El Chapo" Guzmán previo a su captura. Sin embargo nunca se imaginaron que en dicho vídeo cometerían un error fatal.
Las imágenes que se muestran en este vídeo, capturan el momento exacto. en el que un civil sin identificar y sin protección alguna, aparece en la escena del momento en el que elementos de las fuerzas armadas se enfrentan a los sicarios de El Chapo. La gran incógnita es... ¿Que hace un civil en dicho operativo?
Fue tan burda la puesta en escena del gobierno federal, tan mal actuada, que la obra titulada “Misión cumplida” pronto fue trasformada por el público en la desmitificadora #FicciónCumplida y sobre todo, en la hilarante #MiSeanCumplida, con el subtítulo de #NoSeanPenndejos.
Más que el obvio #MiChongFallida (teniendo como segundo protagonista al responsable perdonado de la acción de escape, Osorio Chong; el primer protagonista es el que había calificado como “imperdonable” tal eventualidad que se convirtió en la variante #NoTePreocupesMiguelÁngel, debida a Rosario), quisiera proponer como guía de análisis de los acontecimientos la línea, “Fallida, mi Chong”.
“Fallida, mi Chong” ha sido el resultado de la estrategia que quiso anticiparse a la salida de la revista Rolling Stone, que ha puesto de manifiesto que el “infranqueable” Chapo había sido hallado desde meses atrás por los actores Sean Penn y Kate del Castillo. Se entrevistaron con él y mantuvieron comunicación en relación a la posibilidad de realizar un filme sobre la vida del prófugo; se dice.
Si este gobierno ha sido caracterizado como fallido, una de sus más grandes pifias había sido la escapatoria de Guzmán. Por eso quisieron presentar lo que era su obligación mínima, la recaptura, como un acto glorioso del gobierno y las fuerzas armadas. Pero nadie se tragó el cuento. Primero, porque no se puede cometer un error e impunemente ufanarse con autoelogios y aplausos una vez que se ha más o menos resarcido. Segundo, porque ni siquiera en el momento del acto que quiso ser presentado como cumbre, pudieron ponerse de acuerdo los integrantes de ese gobierno malogrado.
En tanto que la secretaría de marina había emitido un comunicado señalando que la acción en Los Mochis -y que sin mencionarlo llevaría al final a la captura de Guzmán- había sido resultado de una “denuncia ciudadana” (¿y los 60 millones de pesos dónde pararán?), Peña anunciaba en twitter que la aprehensión había sido producto de “un cuidadoso e intenso trabajo de inteligencia”; más tarde, Gómez y Chong la atribuyeron a “más de seis meses ‘de arduo’ y ‘profundo’ trabajo de inteligencia.” (Proceso; 10-01-16). Vaya con la diferencia, de lo espontáneo a lo profundo.
Con el dólar en su carrera hacia los 20 pesos, la debacle del precio del petróleo y la ausencia de credibilidad social en el gobierno (lo ha expresado muy bien el New York Times) como contexto, Peña se adelantó por unas horas a Rolling Stone. Es decir, para evitar la vergüenza que significaría la noticia del encuentro entre Guzmán, Penn y del Castillo, ¿decidieron atrapar al fin al delincuente? ¿Lo tuvieron siempre en la mira sin hacer nada? ¿Hubo traición a la revista? Y por otro lado y al fin, ¿presentar una noticia para desviar la atención de problemas más graves de fondo y ganar algunos puntos de reconocimiento?
La pretensión del gobierno es fallida porque, tan carente de logros, quiso colmarse de elogios y ovaciones con un acto que era su obligación mínima pues había sido consecuencia de uno de sus más graves errores. Y es que, de entrada, no había misión o encomienda que cumplir sino una grave falta que subsanar; la misión había sido la custodia, evitar el segundo escape. Así, el objetivo de convertir en éxito una exhibición del fracaso, no resultó. La ambicionada ganancia de la “Misión cumplida” se convirtió en fallida misión (fue “Fallida, mi Chong”; de Peña a Osorio). El gobierno y sus personajes quedaron igual o peor que antes. Y la obra que quiso ser una épica se convirtió en una farsa o comedia hilarante que al menos, eso sí, ha entretenido a la audiencia. Tal vez no haya mucho pan, pero sí mucho circo.
Y menos que farsa o comedia, muchos ven en los últimos acontecimientos otro ejemplo de lo que ha sido la tónica del gobierno: una telenovela. Y este género pareciera ser el signo de la presente administración cuyo encargado del ejecutivo es en gran parte producto del monopolio televisa y está casado con una rica actriz generada por el mismo medio. Una telenovela sosa a la que este fin de semana le ha subido el rating gracias a la estelar intervención de El Chapo Guzmán (en busca de una película), Sean Penn y Kate del Castillo.
Fuente: El blog del narco
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