La vida moderna tiene sus consecuencias, una de ellas tiene que ver con el tiempo. Entre el trabajo, el traslado, y los compromisos, nos queda poco tiempo para cubrir esa necesidad básica de los alimentos. Afortunadamente, tenemos opciones para comer, teniendo en cuenta, que no tenemos mucho tiempo para hacerlo. El mercado está repleto de productos que puedes comprar y consumir en pocos minutos, y quedar satisfecho (o casi).
En este caso, no referimos específicamente a las sopas instantáneas.
Son baratas, son ricas, son instantáneas, y pueden producir efectos secundarios que pocos conocen.
El medio guatemalteco, Prensa Libre, buscó a varios especialistas que revelaron muchos de los secretos nocivos que guardan esas sopas tan consumidas.
Los especialistas coinciden en que, a pesar de que pueden saciar el hambre fácilmente, en realidad no aportan mucho a nuestra salud. Las sopas instantáneas contienen una serie de condimentos y preservantes que pueden dañar nuestro cuerpo.
Entre las sustancias más peligrosas que poseen se encuentran las siguientes:
Glutamato Monosódico
Es un potenciador de sabor al que se le atribuye el llamado “síndrome de restaurante chino“, que trae síntomas como dolores de cabeza, náuseas, fatiga e irritación de ojos.
Sodio
Aunque el cuerpo necesita sodio, estas comidas tienen demasiado. Todas estas porciones incluyen, por lo menos, el 50% del que se requiere al día, facilitando que termines consumiendo más del necesario. Además, debemos considerar que el consumo excesivo de esta sustancia puede provocar hipertensión y ésta, a su vez, causar infartos y accidentes cerebrovasculares.
Grasas Saturadas
Se asocian a la obesidad, la ateroesclerosis y a las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares. También debemos considerar que el 30% de las calorías vienen de estas grasas.
TBHQ — Bisfenol A
Entre los ingredientes más controversiales, se encuentran dos químicos bastante nocivos. Uno es el TBHQ, que es un subproducto del butano (usado en la industria petrolera) y que funciona como antioxidante para preservar la comida. Su consumo excesivo puede provocar náuseas, vómitos y zumbido en los oídos.
El otro químico no viene exactamente en la comida, sino en su envase. Es el bisfenol A. Una especie de cera que recubre el empaque y que podría actuar como interruptor hormonal, incluso podría aumentar las posibilidades de cáncer en mujeres.
¿Cómo es que algo que suena tan nocivo puede saciar el hambre tan bien?
En un estudio hecho el año 2013 por el Laboratorio de Profeco, llamado “¿Qué tan buena es tu sopa?”, se concluyó que estas comidas sacian el apetito debido a su alto contenido de agua, que no significa un real aporte nutritivo. Además, su exceso de carbohidratos ayuda a que te sientas satisfecho.
Sin embargo, lo más preocupante es su alto contenido químico. La ingeniera del Centro de Investigación de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Hilda Palma, comentó que “Es un producto que tiene demasiados aditivos químicos; 15 en algunas marcas y hay personas más sensibles que otras a éstos”.
La nutricionista de la Liga contra la Obesidad y el Sobrepeso, Doris Díaz, explicó al medio guatemalteco que, aunque el TBHQ es un antioxidante, el hecho de que sea químico (y no natural), lo hace nocivo para la salud: “es mejor tener poca o ninguna exposición a esta sustancia, porque cinco gramos pueden poner en riesgo la salud”.
Son ricas, prácticas y rápidas, pero puedes estar metiendo algo nocivo en tu cuerpo. Tal vez valga la pena comenzar a cocinar en casa y olvidarse de esas sopas instantáneas que esconden en su interior más de lo que uno esperaba.
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Fuente: Mitvesparati
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