Después de la fuga de ‘El Chapo’, a Servando Gómez Martínez le estrecharon las medidas de seguridad. En el penal es custodiado por tres agentes del Cisen, cuatro oficiales del área de custodia y dos comandantes de seguridad perimetral.
Clasificado como un reo de altísima peligrosidad, con alter ego (doble personalidad) y con un poder de corruptibilidad casi igual que el de ‘El Chapo’ Guzmán, el jefe del cártel de los Caballeros Templarios, Servando Gómez Martínez, ‘La Tuta’, es objeto de vigilancia especial y medidas extremas de seguridad por parte del personal de custodia. En ningún momento de las 24 horas del día se le pierde de vista.
En la hipótesis de seguridad de la cárcel federal de Almoloya, el Cefereso número 1, ‘La Tuta’ es el reo que más posibilidades de fuga ha acumulado desde que Joaquín Guzmán Loera decidió escaparse. Al menos así lo considera él mismo y se lo ha hecho saber de esa forma al personal de psicología que lo vista una vez a la semana. “A veces juega con el pensamiento de los psicólogos”, reveló un funcionario de esa cárcel federal.
En la hipótesis de seguridad de la cárcel federal de Almoloya, el Cefereso número 1, ‘La Tuta’ es el reo que más posibilidades de fuga ha acumulado desde que Joaquín Guzmán Loera decidió escaparse. Al menos así lo considera él mismo y se lo ha hecho saber de esa forma al personal de psicología que lo vista una vez a la semana. “A veces juega con el pensamiento de los psicólogos”, reveló un funcionario de esa cárcel federal.
Por su personalidad –explica la fuente- Servando Gómez Martínez fue separado de la población carcelaria de procesados. Fue enviado a una celda de segregación, en donde a la fecha recibe lo que el Cefereso número 1 clasifica como “Tratamiento especial”, que no es otra cosa que mantenerlo aislado y vigilado las 24 horas del día.
A ‘La Tuta’, en aras de la seguridad del Penal Federal, tanto en el interior de su celda como cuando es trasladado de un lugar a otro dentro de la cárcel, se le graban todas sus conversaciones y todos sus movimientos. También sus comparecencias ante el juzgado se graban fielmente. Todo lo que dice y hace Servando Gómez dentro de prisión es pasado a revisión y análisis por parte de una unidad especializada de la Secretaría de gobernación.
El mismo Servando Gómez se ha quejado en algunas cartas escritas a sus más cercanos, sobre la condición extrema de vigilancia a la que es sometido. Se ha quejado de ser el preso más vigilado de toda la cárcel, “porque dicen que tienen miedo que me les vaya a ir, ¿de dónde chingaos sacan eso?”, reflexiona él mismo en una carta que recibió uno de sus familiares en segundo grado.
El que fuera el principal capo del crimen organizado en Michoacán, también se ha quejado de las condiciones inhumanas en que lo mantienen dentro de la prisión. Asegura, en una misiva a un familiar, que vive “en una celda de dos por tres metros, en donde hasta para cagar tengo que pedir permiso”.
Pese a ello, aunque sometido, ‘La Tuta’ sigue siendo un rebelde. Frecuentemente –dice una fuente del Cefereso- reclama, de manera tranquila y respetuosa, algunas conductas de maltrato de los oficiales de guardia hacia su persona. Eso ha hecho que en casi siete meses de encarcelamiento, Servando Gómez haya sido objeto de dos sanciones por mal comportamiento.
Se le ha castigado suspendiéndole la comunicación al exterior por medio de cartas y telefonemas. También negándole salir solo una vez por semana, y las clases de pintura y dibujo que recibía una vez al mes, le fueron suspendidas. Se le retiraron de su estancia dos libros que había solicitado a la biblioteca y le cancelaron su derecho a comprar refresco y galletas en la tienda de la institución.
De acuerdo al registro que lleva el propio Cefereso sobre la actividad de cada uno de los reos que mantiene en custodia, Servando Gómez Martínez, “es un reo inactivo”. Desde su ingreso a la cárcel ha leído solo cuatro libros, uno de poesía y tres novelas. No ha podido concluir un óleo que comenzó hacer desde hace cinco meses. Ha hecho 11 dibujos a lápiz y tinta (de paisajes de michoacanos y caballos) que ha enviado por carta a algunos de sus familiares.
‘La Tuta’, revela uno de sus familiares, es asiduo visitante al área de medicina. Tiene un padecimiento de hipertensión arterial, lo que lo mantiene solicitando frecuentemente el servicio médico. Se queja de la falta de medicamentos para el estómago. El problema que más acusa en sus cartas es el reflujo gástrico y problemas intestinales, los que ya padecía desde que estaba en la libertad. “No es cierto que tenga cáncer”, confirmó su familiar.
La vida después de ‘El Chapo’
Después de la fuga de ‘El Chapo’, a Servando Gómez Martínez, ‘La Tuta’, le estrecharon las medidas de seguridad. Es considerado dentro del Penal Federal de Almoloya, como uno de los reos con mayor posibilidad de fuga. Por eso cada vez que se mueve dentro de la cárcel es custodiado por tres agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), cuatro oficiales del área de custodia y dos comandantes de seguridad perimetral.
La vida de ‘La Tuta’ dentro de la prisión federal de máxima seguridad de Almoloya se resume en el diagnóstico psico criminal con el que fue reclasificado, tras la fuga de ‘El Chapo’: el reo fantasea con salir de prisión de la misma forma en que lo hizo Joaquín Guzmán. Por eso lo han cambiado de celda en dos ocasiones.
Desde su celda aplaudió y festejó “la hombrada” que hizo el capo del cártel de Sinaloa, al Gobierno federal.
De acuerdo a un funcionario del Cefereso de Almoloya, Servando Gómez habría logrado establecer comunicación y contacto con ‘El Chapo’. “La relación entre ambos capos –como pasa en la mayoría de los casos- aunque rivales afuera, era muy buena”. Se mandaban saludos con gente de sus confianzas. ‘El Chapo’ se puso a las órdenes de ‘La Tuta’ y viceversa, según la fuente. Allí radican las medidas de seguridad que se han extremado para el ex jefe del cártel de los Caballeros Templarios.
24 horas de encierro
Dado el grado de peligrosidad con el que está clasificado el que fuera el jefe del cártel de los Caballeros Templarios, no se le permite ningún movimiento dentro o fuera de su estancia, sin la debida supervisión del personal de custodia. Se le mantiene bajo video vigilancia las 24 horas del día, y cuando se le traslada a juzgados, locutorios, visita médica o psicológica, se cancelan los movimientos de otros reos.
Fuente: El blog del narco
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