En la tradición china es habitual encontrar bebidas a las que se les añaden otros productos que puedan ofrecer un plus saludable. El vino de serpiente se ha considerado durante siglos un efectivo sanador y vigorizante gracias a la disolución de la esencia del reptil en el alcohol. Algunos empresarios con pocos escrúpulos pensaron que podían ofrecer otras variantes a esa milenaria costumbre nacional gracias a la industria química, ampliando así su gama de licores. Y si se trata de ofrecer vigorizantes, nada mejor que acudir a la Viagra.
La idea era muy simple. Se conseguían unos cuantos paquetes de sildenafil, el componente básico de la famosa pastilla contra la impotencia sexual, que se pueden comprar fácilmente por internet aunque sin muchas garantías. Luego se añadía al licor de turno y se ofrecía a los clientes como una bebida "con propiedades saludables".
Así fue como la pasada semana la policía de la región de Guangxi, en el sur del país, interceptó unas botellas de baijiu -un licor muy popular elaborado a base de sorgo- adulterado con el potente químico. La pista les llevó hasta dos destilerías de la ciudad de Liuzhou, donde requisaron más de cinco mil botellas y varias bolsas de sildenafil. Con él se elaboraban tres variedades de baijiu, que diferían sólo por el grado de alcohol, no por su capacidad "saludable".
Tampoco se trata de una novedad. El año pasado por estas mismas fechas acababa en prisión otro licorero de la vecina provincia de Hubei por los mismos motivos. El empresario, apellidado Hang, admitió que había comprado un kilo de sildenafil por 2.400 yuanes (350 euros) con el que había elaborado 750 litros de licor aviagrado. Era una manera de ampliar las ventas y ganar dinero rápido, puesto que esta bebida es cara.
El licorero, no exento de cinismo, había llamado a su empresa Compañía de Agricultura Ecológica las Nueve Primaveras. Adujo que la mezcla servía para contrarrestar los efectos indeseados del alcohol, que tomado en exceso muchas veces impide estar a la altura cuando llega el momento.
Lo que al parecer ni este ni los nuevos productores tuvieron en cuenta es que los médicos no se muestran especialmente proclives a recomendar la mezcla de medicamentos con alcohol, o que la dosis recomendada es de una pastilla al día e incluso menos en los mayores de 65 años, una cantidad que con esta bebida se podía superar alegremente. Por no hablar de los riesgos que supone para las personas con problemas cardíacos tomar sin conocimiento un producto que puede provocar taquicardias y otros efectos secundarios.
Hang compró el producto en enero y un mes después ya estaba distribuyéndolo con gran éxito. Hubo suerte y en pocas semanas se retiró toda la partida del mercado sin que trascendiera ningún daño. Pero un año más tarde el problema ha vuelto a aparecer.
Más allá de la anécdota, estas botellas son la punta de un gran problema crónico en China que es la seguridad alimentaria, un tema que crea ansiedad en una sociedad que se moderniza a gran velocidad pero no en todas sus facetas. Las autoridades no son capaces de poner freno a este tipo de prácticas muy extendidas y cada nuevo caso vuelve a sembrar el miedo y la paranoia. Sólo en junio, la policía requisó en todo el país más de cien mil toneladas de carne de contrabando, que en algunos casos llevaban en conserva más de cuarenta años. En el 2013 se desarticuló otra red de comercio de carne adulterada después de que se detectara que se comercializaba como carne de oveja lo que era rata y otros pequeños mamíferos.
Sin embargo, el escándalo más significativo hasta la fecha, porque traspasó fronteras y dejó en evidencia a las autoridades, fue el de la leche alterada con melamina. En el 2008 se comercializó leche con esta resina, que se utiliza en la fabricación de plásticos, para que pareciera más nutritiva. El caso afectó a unas 300.000 personas, en su mayoría niños, y al menos seis murieron.
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