Las mujeres, cuando estamos embarazadas, solemos experimentar cambios bruscos de humor y no siempre nos sentimos comprendidas por nuestras parejas. Lo cierto es que a veces, ni nosotras sabemos lo que queremos y lo único que esperamos del otro es comprensión. Las hormonas están haciendo de las suyas y no hace falta buscarle explicación a todo.
Dada esta realidad, hoy te planteamos algunas cosas que los hombres deberían ya saber sobre el embarazo.
#5 Tu comida es su comida
Las embarazadas tienen antojos y cualquier cosa que estés comiendo puede acabar apeteciéndole. Prepárate para compartir tu comida preferida y para salir a horas no demasiado habituales a comprar cosas que realmente le apetezcan. Creo que si no puedes con ello, vas a tener algunos problemas de mal genio, así que es mejor que te vayas preparando.
#4 Prepara un buen sofá para pasar unas cuantas noches
Las embarazadas no siempre duermen bien. Necesitan más espacio y a muchas de ellas les encanta estar rodeadas de cojines. Puede que algunas noches tú no duermas bien. Y puede que en otras ocasiones sea ella la que te pida tener su propio espacio en la cama. Lo mejor es cambiar el sofá por uno realmente cómodo si no tienes más habitaciones en la casa.
#3 La mente de la neomamá es un universo paralelo
Las madres no siempre están felices. En ocasiones, se producen trastornos propios del embarazo y pueden tener cambios de humor muy bruscos. Incluso hay problemas relacionados con la falta de afecto por el bebé debido a depresiones causadas por el embarazo. Estáte atento a todos los cambios y preocúpate siempre por ella para poder superarlos juntos.
#2 El sexo no daña al bebé
Las relaciones sexuales no están contraindicadas para las embarazadas. Más bien todo lo contrario: muchos estudios demuestran que cuando la madre está bien y tiene una vida sexual activa, el desarrollo del feto va mejor que nunca. Así que no hace falta que dejéis de mantener relaciones...
#1 Las embarazadas no son princesas
A las mujeres nos encanta que nos mimen y nos consientan en todo momento, más aún cuando estamos embarazadas. Pero, no hay que confundir eso con la sobreprotección. En realidad, hacerlas sentir como unas princesas de cristal a las que todo les puede hacer daño no es la mejor idea. Esto podría afectar negativamente a la relación.
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