Cheetos es harina refinada de maíz con aceite, pintada de amarillo y condimento con colorantes derivados del petróleo, glutamato monosódico y otros químicos.
Si eres un niño de los años noventa seguro Sabritas estuvo muy presente en tu vida. Una bolsita de “papas”, así se les llama comúnmente a sus productos, era parte de la vida cotidiana y de los “alimentos” elegidos por los niños cuando los padres les daban dinero para ir la “tiendita”.
En ese tiempo la mayoría sabíamos que se trataba de comida chatarra, y el que, de alguna manera, no necesariamente te estaban nutriendo; pero en realidad desconocíamos qué era realmente lo que estábamos ingiriendo.
Hoy sabemos que Sabritas es una de las marcas que emplean transgénicos y en la totalidad de sus productos de frituras usan glutamato monosódico. Aún así, su sabor, y sus estrategias publicitarias como los famosos tazos siguen atrayendo a miles de niños y adultos.
Aquí una foto más clara de qué ingieres cuando comes una bolsa de 40g de Cheetos Sabritas.
Estos son los focos rojos que nos comparte la organización El Poder del Consumidor:
Azúcar:
1.6 gramos.
A pesar de ser un producto salado, contiene azúcar.
Grasa:
12 gramos, lo que equivale a 2½ cucharadas cafeteras.
De estos 12 gramos, 4 gramos son de grasa saturada (30% del producto) lo que equivalente a casi una cucharada cafetera. Este tipo de grasa es más difícil de digerir y se encuentra especialmente en productos procesados.
El alto consumo de grasa saturada tiene asociación con padecimientos como aterosclerosis o endurecimiento de arterias y enfermedades cardiovasculares.
Sodio:
288 miligramos. Esta cantidad cubre casi el 20% del sodio total recomendado para un niño o niña (1,500 mg) y 14.4% de la recomendación para un adulto (2,000 mg).
Este producto cubre gran parte de la recomendación de sodio para todo el día.
Recordemos que las altas ingestas de sodio se han asociado a padecimientos como presión arterial elevada o hipertensión.
Ingredientes:
Cereal de maíz, aceite vegetal, condimiento (el cual está compuesto por 20 ingredientes), maltodextrina, sólidos de la leche, chiles, sal yodada, aceite vegetal parcialmente hidrogenado, harina de soya, queso, saborizantes, glutamato monosódico, almidón modificado, ácido cítrico, proteína de soya, amarillo ocaso, tartrazina, rojo allura, harina de maíz, achiote, inosinato de sodio, ácido láctico, guanilato de sodio.
Contiene colorantes (tartrazina, amarillo ocaso, rojo allura) asociados a generar cambios de conducta en niños y niñas, tal como hiperactividad y déficit de atención.
Además contiene glutamato monosódico, el cual se ha demostrado interferir en los centros de saciedad generando un sobreconsumo, también se ha visto ser neurotóxico.
El consumo de productos con la combinación de sabores de azúcar, grasa y sal es altamente adictiva. lo que favorece que las personas cada vez más se habitúen a dichos sabores.
Cheetos es harina refinada de maíz con aceite, pintada de amarillo y condimento con colorantes derivados del petróleo, glutamato monosódico y otros químicos.
Etiquetado:
En la parte frontal inferior izquierda se observa la información nutrimental con el nuevo etiquetado GDA recientemente aprobado por la Comisión Federal de Riesgos Sanitarios (Cofepris), el cual se muestra en calorías y porcentajes, haciendo difícil de entender la información de este producto para los consumidores.
El centro de su etiquetado y publicidad es el personaje de caricatura conocido como “Chester Cheetos”.
Este producto es atractivo especialmente para los niños y niñas a quienes repercute, sin embargo, más negativamente su consumo.
Es de carácter imperativo se regule la publicidad de comida chatarra dirigida a la infancia.
El presente producto utiliza estrategias específicas para llegar a los niños y niñas (juegos en internet, calcomanías, estampitas, el empaque por sí mismo), cuando es un producto hecho con base en harina refinada, grasa, colorantes químicos y sal.
Nuestra valoración:
No apto para consumo habitual por sus altos contenidos de grasa, sodio y glutamato monosódico.
No recomendado para niños o niñas, ya que contiene colorantes que pueden impactar su conducta.
Especialmente los niños o niñas con Trastorno de Hiperactividad y Déficit de Atención (THDA) o sensibles a la tartrazina deben evitar por completo su consumo.
Te proponemos:
Trocitos de zanahorias cortados en formas divertidas o geométricas (media luna, círculo, triángulo).
Nota: Evitar en la mayor medida posible el glutamato monosódico.
Fuente: Regeneracion
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