Qué peligro puede entrañar algo tan simple como la caja de una pizza? Hace tres años EE.UU. decidió prohibir a los fabricantes estadounidenses la utilización de ciertos componentes químicos que, en opinión de los expertos, suponían un riesgo para la salud debido a que podían filtrarse a los alimentos y convertirlos en tóxicos.
Se trata de los perfluorocarbonos (PFCs), cuyas propiedades hacen que los envases sean resistentes al agua y a la grasa, y de los percloratos que se utilizan, entre otras cosas, para el sellado de recipientes.
Con este movimiento, el país norteamericano ha prohibido el uso tres químicos de la familia de los perfluorocarbonos (PFCs), que actúan como repelentes para que las cajas no se empapen con el aceite o el agua de los alimentos. De hecho, aunque el titular se lo han llevado las cajas para las pizzas, estos químicos también se utilizan en los envoltorios de muchos otros alimentos.
¿Cuáles son los productos señalados?
Los señalados son algunas variedades de sales de dietalonamina, algunos derivados del ácido pentanoico y otras cuantas variedades de perfluoroalquilos, tanto los fosfatos como las aminas. En su informe, la FDA apunta que nuevos datos que demuestran la toxicidad de sustancias similares hacen que “ya no exista una certeza razonable de que su contacto con los alimentos no cause daños”.
Además de las cajas de pizza, estos componentes también son utilizados en algunos tipos de sobres de palomitas para microondas, envoltorios de pastelería, cajas de comida para llevar, platos de papel, utensilios de cocina antiadherente e incluso en varios envases de comida para mascotas. Vamos, que perfectamente cualquier persona puede ingerirlos sin darse cuenta.
El peligro de estas sustancias está en lo que se conoce como “biopersistencia”, que quiere decir que nuestro organismo no las puede digerir completamente. Tras la sentencia, la prohibición de estos químicos se materializó a mediados de este mismo mes, aunque el plazo para presentar alegaciones termina el 3 de febrero.
Ya el año pasado se escenificó la batalla contra estos químicos cuando 200 científicos de todo el mundo firmaron el que se conoce como La Declaración de Madrid, en el que se pide la retirada de estos químicos que, según los estudios, pueden afectar al desarrollo fetal y de los recién nacidos, al funcionamiento de las hormonas, al hígado y a los sistemas reproductivo e inmunitario.
Aunque en Estados Unidos ya se había detenido la producción de estos tres químicos, al no estar prohibida aun había empresas que podrían incluirlos en sus cajas importadas de China o India. Como no hay leyes para indicar la composición de los envoltorios, esto hace que los consumidores en aquel país tuvieran que tener fé ciega en la buena voluntad de los fabricantes de no utilizarlos.
Fuente: Trucos de casa
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