En el universo de los delitos y los maleantes todos comparten varias características, por ejemplo, si nos dedicamos a estudiar cómo fue su infancia nos daremos cuenta de que está llena de eventos traumáticos que luego en la vida adulta salen a la luz por medio de los crímenes.
Otra cosa que llama la atención de los primeros años de vida de los malhechores es que sus madres siempre fueron distantes; en el sentido literal de la palabra, la mayor parte del tiempo no se ocupaban de ellos y las pocas veces que pasaban ratos juntos el ambiente se tornaba bastante violento.
Hoy vamos a ver cómo es posible que El Chapo Guzmán de México y el legendario Pablo Escobar de Colombia se parezcan tanto. El primer aspecto es bastante simple de entender porque tiene que ver con las características de sus negocios ya que los dos traficaban drogas dentro y fuera de sus fronteras y en la actualidad todavía sus familiares se benefician de las riquezas. Secundario a lo anterior también es válido citar que sus cuñados y sobrinos son los responsables de llevar las riendas del negocio mientras los veteranos están ausentes. Sigamos viendo coincidencias entre estos dos bandidos.
Ambos personajes han hecho tratos millonarios con autoridades gubernamentales y esto es algo que a los políticos les cuesta reconocer pero es un hecho bastante extendido en todos los países en los que opera el narcotráfico.
Sucede que los actores del gobierno aprovechan el dinero sucio para financiar sus eventos publicitarios y asegurar la reelección. Tanto El Chapo como Pablo Escobar siempre han sido queridos por los habitantes de los pueblos que los vieron crecer y “triunfar”. Lo anterior puede parecer una locura pero en realidad tiene sentido ya que la comunidad también obtiene beneficios económicos gracias a las actividades ilegales y a la venta de drogas.
Hay una coincidencia que es bastante macabra y gira en torno al trato que le daban estos dos hombres a sus enemigos. Según las leyendas locales aquellos que se atrevían a oponerse al sistema pagaban las consecuencias, de hecho a veces morían en el proceso. Curiosamente los cuerpos de las personas a las que aniquilaban nunca aparecían y de acuerdo con una fuente confidencial eso se debe a que los perros devoraban sus cadáveres sin contemplación alguna. Ya sabes que la próxima vez que escuches los nombres de estos sujetos debes agradecer no tenerlos cerca.
Fuente: Betocuriosidades
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