A todos nos ha pasado que una ola nos sorprenda, nos golpee, y nos revuelque. Pero nunca nada comparado con lo que le pasó a este surfista.
Niccolo Porcella, de 27 años de edad, tuvo la oportunidad de vivir su sueño adolescente la semana pasada cuando se encontró con la famosa ola tahitiana Teahupo’o.
Porcella estuvo entrenando 10 años para tomar la poderosa ola, que es una de las más importantes y temidas del mundo del surf. El fenómeno suele sobrepasar los 16 pies de altura, y debido a la forma del arrecife sobre el que se crea, adquiere una muy peculiar forma de tubo. La salida de ese tubo es tan violenta, que hay muy pocos surfistas que se atreven a tomar el riesgo.
Para mala fortuna de Porcella, su séptima ola le dio un tremendo revolcón.
El surfista se cayó de su tabla a la mitad del trayecto y fue absorbido por la fuerza de la onda, que lo estrelló en el mar, en donde el arrecife irregular lo esperaba a pocos pies de distancia.
“Fue la cosa más violenta, fui aniquilado. Reboté, fui golpeado contra el arrecife, los ocho metros completos. Solo iba arriba y abajo y arriba y abajo”, le dijo a surfinglife.com.au, según reporta CNN.
“Sabía que era hora de poner a prueba todo mi entrenamiento”, le dijo Porcella a Surfing Life Magazine.
Sorprendentemente, después de la paliza, el chico escupió sangre, esperó tres minutos a que se le pasara el dolor de cabeza, y regresó a la fila para volver a surfear sobre otra ola.
Su caída ha sido nominada al wipeout (caída) del año en los Big Wave Awards de la World Surf League.
“Con mucho entrenamiento y algunos ángeles celestiales, escapé de una lesión realmente seria tras esa revolcada”, le dijo Porcella a SurferToday.com.
El atleta asegura que la experiencia es una de las memorables de su existencia. “El mejor día de mi vida fue casarme con mi esposa, pero esto, definitivamente, fue el segundo mejor. Voy a regresar cada año… Estoy enamorado de Tahití”.
“Lo que no te mata te hace más fuerte”, aseguró Porcella a través de su cuenta de Instagram.
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