Doña Karina disfrutaba de unas tostadas de ceviche cuando escuchó disparos de arma de fuego. La mujer de 40 años.
Comía la tarde del 17 de agosto en compañía de su pareja y sus dos hijos en una mesa colocada justo en medio del restaurante Las Palapas del Vado en La Paz, cuando vio a dos hombres vestidos de negro disparar en contra de tres sujetos que estaban sentados a escasos tres o cuatro metros.
En una mesa del lado izquierdo de donde ella se encontraba, al igual que el resto de los comensales, Karina y sus familiares salieron despavoridos del local, cruzando la Avenida Agustín Olachea en la colonia Las Garzas.
“Casi nos atropellan”, dijo aún nerviosa, para agregar: “Salimos corriendo y nos cruzamos, y una camioneta y un automóvil por poco y nos atropellan, porque ni siquiera nos fijamos si venía o no carro cuando nos cruzamos la calle, y no nos dimos cuenta hasta que pitaron, pero lo único que pensamos en ese momento era salvar nuestras vidas”.
Aun sin reponerse del susto, la señora expuso: “Se vivieron momentos de mucha angustia y terror dentro del negocio de marisquería, porque todo mundo se tiró y corrió, y chocábamos entre nosotros asustados por salir de la zona de disparos. Escuché los disparos, y luego muchos gritos y entonces volteé la mirada; vi a los sicarios que disparaban, entonces me asusté mucho y le dije a mi esposo ‘¡vamos!’, y agarramos a los niños y salimos corriendo. Ellos todavía preguntaban qué pasaba, y ya no les dijimos nada”.
Parada justo frente al negocio, y casi en el estacionamiento del supermercado Ley, Karina observaba, junto con decenas de curiosos, cómo los policías empezaron a llegar alrededor de las 5:10 pm para acordonar la zona del crimen.
“La verdad me dio mucho miedo, terror, diría yo, porque hoy me tocó vivir algo de lo que hemos estado padeciendo desde hace más de un año en La Paz. Yo creo que hoy llegamos al límite de que ya no podamos ni comer a gusto, porque vienen con sus mataderas hasta dentro de los restaurantes”, lamentó, pese a la presencia policiaca que ya había a esa hora.
Cuando se dio el tiroteo, el restaurante de mariscos tenía más de 100 clientes. En pocos minutos el lugar quedó vacío. En el fondo yacían tres personas con disparos de armas de fuego:
* José Carmen Celis Ascencio “El 32” o “El Celis”, fallecido, quien, según el último mapa delictivo elaborado por autoridades federal y militares, en vida era el jefe de plaza del narcomenudeo en Puerto Adolfo López Mateos, en el municipio de Comondú.
* Roberto García Escalante, de 42 años, oriundo de Los Mochis, Sinaloa, y propietario de Las Palapas del Vado. Presentaba heridas en tórax, abdomen y cadera.
* José Luis Heriberto Vidal “El Pariente”, de 31 años, líder de la banda musical Poder Paceño. Resultó lesionado en el hombro izquierdo, boca, parte baja del cráneo y yugular.
Según las evidencias recolectadas por peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado, en la escena del crimen se encontraron 26 cartuchos percutidos calibre 9 milímetros, se utilizaron dos pistolas Glock, con una de ellas se dispararon 11 tiros y con otra 15. La PGJE abrió la averiguación previa LPZ/139/HOM/2015.
La investigación
La guerra entre narcomenudistas en La Paz no se detiene ni con el escape del capo y fugitivo Joaquín “El Chapo” Guzmán, ni en la víspera de la toma de protesta del nuevo gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis.
Por el contrario, la disputa parece cada vez más feroz y encarnizada entre el jefe de plaza de la Zona Sur, José Fernando Torres Montenegro o José Francisco Ojeda Torres “El Pepillo”; y el de la Zona Norte, Luis Antonio Montoya Beltrán “Don Carlos”.
El ataque armado dentro del restaurante Las Palapas del Vado es visto por la mayoría de los integrantes del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública del Estado, como “un acto de terrorismo”, evidentemente “planeado para dar una presunta demostración de fuerza y precisión por parte de sicarios de la Zona Sur en contra de los narcomenudistas considerados de nivel de la Zona Norte”.
Según la reconstrucción de hechos por parte de la PGJE, los pistoleros iban sobre el jefe de la plaza del narcomenudeo de Puerto Adolfo López Mateos, José Carmen Celis Ascencio “El 32” o “El Celis”; y Roberto García Escalante, presunto lavador de dinero de “Don Carlos” y célula criminal del capo Ismael “El Mayo” Zambada.
Con base en indagatorias, los matones de “El Pepillo” y célula del capo Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, tenían información “de que se encontraban reunidos en el negocio de la marisquería y decidieron lanzar el ataque armado en el territorio bajo su dominio”, llevándose entre medio al líder del grupo musical Poder Paceño.
Según testimonios recolectados entre los presentes el día del ataque, “El 32” llegó acompañado de su esposa e hijos, y posteriormente, se sentó a platicar con el dueño de la marisquería, Roberto García Escalante.
En el lugar se encontraba José Luis Heriberto Vidal “El Pariente”, de Poder Paceño, en virtud de que como su grupo tocaba en el restaurante, sobre todo los fines de semana, había sido invitado a comer gratuitamente porque un día antes había cumplido años; durante el convite, estuvo acompañado de su esposa en una mesa cercana.
Cuando terminó de comer “se levantó y fue a despedirse del dueño de la marisquería y de su acompañante, a quienes constantemente y fuera del negocio, amenizaba reuniones privadas, por lo que cuando se despedía, entraron los sicarios y llegaron disparando a quemarropa en contra de ‘El 32’ y de sus acompañantes”, refieren testigos.
Tras dejar malheridos a sus objetivos, los sicarios se retiraron, pero cuando se disponían a huir, una camioneta Ford Lobo de color blanco, placas de circulación JT-88-365 que se encontraba estacionada afuera del negocio, trató de salir del lugar y fue tiroteada por los matones, pues pensaban que pretendía seguirlos.
De acuerdo con versiones recabadas, los sicarios descendieron de una camioneta Toyota Tacoma de color gris para ingresar por la parte frontal de la marisquería, y posteriormente regresaron al mismo lugar.
Los estudios de balística arrojaron que las dos pistolas utilizadas en la ejecución de José Carmen Celis Ascencio “El 32”, están relacionadas en los homicidios y atentados de:
* Luis Mario Miranda Padilla “El Gallo” y Ángel Cortés Orantes “El Flaco”, ejecutado y herido, respectivamente, el 9 de agosto en Calle Independencia y Belisario Domínguez, Colonia Centro de La Paz.
* Víctor Manuel Marqués Díaz “El Chemín” y José Sergio Castro Armenta, heridos el 10 de agosto en Calle de Palo de Haro entre Lomboy y Palo Dorado, Colonia Agua Escondida de La Paz.
Según autoridades federales y militares, los cuatro narcomenudistas eran células criminales de la Zona Norte.
Los números
Aunque el trabajo de inteligencia de autoridades estatales, federales y fuerzas armadas -con base en estudios de balística- tiene detectada la presencia de aproximadamente entre 10 y 15 sicarios por cada uno de los grupos delictivos Zona Sur yZona Norte, lo cierto es que la escalada criminal va en aumento día a día.
El 10 de agosto, cuando de manera paralela se perpetró un ataque a la vivienda de un sicario de la Zona Norte identificado como Ramón “El Bolas”, en el fraccionamiento Del Mar Residencial y la de uno de sus familiares en la colonia Agua Escondida, el resultado de balística arrojó el siguiente uso de armamento:
* En Del Mar Residencial se recogieron 60 cartuchos percutidos calibre 7.62 x 39 milímetros; asimismo, se determinó que en el incidente se usaron dos rifles de asalto AK-47.
* En Agua Escondida se levantaron 144 cartuchos percutidos, de los cuales 109 eran de calibre 7.62 x 39 milímetros; 34 de calibre .223 y uno de calibre 9 milímetros; había huellas de sangre en dos cargadores de 7.62 x 39 milímetros, lo que indica que uno o dos de los sicarios resultaron heridos. Peritos de balística detectaron el uso de diez armas de fuego, las cuales -según investigaciones- aparecen relacionadas en otros homicidios.
Con base en el recuento de ZETA y hasta el jueves 20 de agosto, el saldo de estos enfrentamientos por el control, venta y tráfico de droga al menudeo es de 12 ejecutados, lo que rebasa el número de crímenes del mes de junio (8) y julio (10), aunque todavía no alcanza las cifras récord de abril (16) y mayo (21).
En suma, desde el inició de la narcoguerra -de julio de 2014 a la fecha-, el número de muertos es de 145 personas, y según expertos, tenderá a dispararse conforme pasa el tiempo, en virtud de la pugna entre dos grupos criminales.
Los últimos ataques
86 ejecutados en La Paz
Dan formal prisión a “El Simón”
El lunes 17 de agosto, el Juzgado Primero de lo Penal dictó auto de formal prisión al multihomicida Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón” o “El Sepulturero”, por los delitos de homicidio calificado con premeditación y alevosía en contra de los narcomenudistas Damaris Karina González Moreno “La Damaris” o “La Karo”; Carlos Antonio Cota Cervantes “El Charly”; y Abel Leal González “El Buena Onda”, ejecutados y enterrados en fosas clandestinas en junio de 2013, en un terreno baldío de la colonia Tabachines de La Paz.
El sicario se había escapado el 13 de agosto del Hospital General “Juan María de Salvatierra”, luego de haber sido baleado, cuando se filtró la información de que sería aprehendido por el caso de las narcofosas, por lo que huyó durante la madrugada, pero rápidamente fue recapturado e internado en el nosocomio, donde por la tarde se ejecutó la orden de aprehensión en su contra.
Aún con huellas visibles de sangre producidas por las heridas de bala, “El Simón” fue internado en el Centro de Reinserción Social de La Paz, a la espera de su proceso penal.
Un día después de su recaptura, es decir, el 14 de agosto, el despacho de abogados del criminal, integrado por Roberto y Jesús Duarte Gómez, así como Mar Fabiola Rubí Getsabel Murillo Sánchez -quienes habían promovido un juicio de amparo a favor de “El Simón” en el Poder Judicial de la Federación-, fue atacado por sicarios de la llamada Zona Norte, quienes descargaron más de 12 tiros hacia el despacho y pegaron un mensaje en la puerta con la siguiente leyenda: “Lic. Roberto Duarte Gómez Lic. Jesús Duarte Gómez Lic. Getsabe Murillo Sánchez, dejen de defender asesinos, si lo siguen haciendo, ustedes seguirán a litigar al panteón”.
Al cierre de esta edición, la Procuraduría General de Justicia del Estado cerraba una investigación más en contra “El Simón”, quien según pruebas de balística, periciales y testigos, está vinculando en hechos sangrientos ocurridos en las últimas semanas:
* El ataque armado en contra de la vivienda de Antonio Romero Salvatierra, la noche del 27 de julio en la colonia Las Flores del poblado de Todos Santos, según averiguación previa TS/120/TS/2015.
* La ejecución de José Alberto López Chávez “El Peto”, ocurrida la tarde del 29 de julio en la Calle 1, entre Palo Fierro y Palo Escopeta, Colonia Ampliación Centenario de La Paz (averiguación previa LPZ/126/HOM/2015).
* El atentado a la vivienda del camarógrafo de Canal 10, Francisco Javier Lucero Martínez, perpetrado la tarde del 4 de agosto en Calle de Ficus, entre Serdán y Guillermo Prieto, Colonia Pueblo Nuevo de La Paz (averiguación previa LPZ/432/AMP10/2015). En el tiroteo resultó herida Patricia Carballo Geraldo, esposa de Lucero Martínez.
* La agresión suscitada en casa de familiares del sicario de la Zona Norte, Ramón “El Bolas”, en la cual José Sergio Castro Armenta y Luis Manuel Márquez Díaz resultaron heridos. Los hechos sucedieron el 10 de agosto en Calle Palo de Arco, entre Lomboy y Palo Amarillo, Colonia Agua Escondida de La Paz.
En los cuatro ataques se utilizó un rifle de asalto AK-47 y, de acuerdo con testigos, uno de los agresores corresponde a la media filiación de “El Simón”, cuando agentes de investigación exhibieron un set fotográfico del multihomicida. A su vez, reconocieron un Chevrolet Malibú de color blanco, como el carro donde viajaban los agresores, en el cual “El Sepulturero” resultó herido, cuando circulaba sobre la colonia Tabachines, al sur de La Paz.
Fuente: El blog del narco
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