Guerrero.- Un joven de 20 años se encuentra atrapado en un callejón de terracería, es su único escape. Suplica que alguien le abra la puerta para esconderse, pero parece que nadie lo escucha, es como si la colonia estuviera sola pero son las 10:00 de la mañana.
El joven se siente abandonado y decide correr, es su última esperanza de aquel ataque de hombres armados a la tortillería Los Mangos, ubicada en la colonia Alta Laja.
Pero atrás hay otro joven de su misma edad apuntándole con un arma 9 milímetros, cuando comienza a correr, el sicario le dispara por la espalda y Rodolfo Porfirio Nolasco cae muerto.
Samuel es otro de los trabajadores de la tortillería. Él logró salir del local, le habían disparado, pero las balas no lo alcanzaron. Para salvar su vida necesita correr más de 100 metros.
Samuel corre, su respiración se agita, sus piernas se debilitan, su corazón palpita rápidamente y después de todo el esfuerzo se desploma. Una bala alcanzó entrar a su cráneo.
Desde lejos, los sicarios miran cómo el chico de playera azul cielo y shorts verdes con blanco cae. No se levanta. Ni siquiera mueve las piernas.
Pero Samuel se aferra a la vida, aún respira.
El comando armado huye con la seguridad de que se ha cumplido la encomienda de matar a todos los trabajadores de esa tortillería.
Después de media hora llegan los agentes de la Policía Municipal de Acapulco para darle auxilio a Samuel. Uno de los agentes logra verlo con sangre en la boca. Samuel le pide que no lo deje morir ahí.
“¡Aguanta, chavo!”, “¡Ya viene la Cruz Roja!”, “¡No te duermas!”, le piden policías.
Él aguanta, pero no por mucho tiempo. Horas después, en un hospital público, Samuel Sotelo Jurado es declarado muerto.
VICE News reconstruyó los últimos instantes del este homicidio con el testimonio de policías que atendieron el caso en La Laja el 7 de enero de 2016.
El día que mataron a Samuel y Rodolfo en la tortillería, también le quitaron la vida a otros tres jóvenes.
En la colonia Alta Laja, tres hombres dispararon contra los trabajadores del molino.
Tres días antes de este ataque al negocio de Los Mangos, armados habían asesinado a cuatro trabajadores de tortillerías, uno de los casos en el fraccionamiento Farallón y el otro en la colonia Loma Bonita.
¿Por qué asesinan a los tortilleros?
Según la publicación de VICE News, las bandas delictivas notaron que el modelo de venta de las tortillerías ayudaba a sus planes de expansión: los locales vendían el producto en inmuebles con vista a la calle o a través de jóvenes que se desplazan en motocicletas para ofrecer kilos de puerta en puerta. Si los cárteles de la droga controlaban esa fuerza de trabajo, podrían obtener narcotiendas, narcomenudistas y vigilantes bajo la fachada de comercios y vendedores.
Los cárteles comenzaron a secuestrar a dueños y empleados. Si el secuestrado pagaba por su libertad, se va con una advertencia de los cárteles: a partir de ahora y si lo pedimos, repartirás nuestra droga y usarás a tus vendedores como "halcones".
Fuente: El debate
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