Según estudios, lo que soñamos está relacionado con nuestras actitudes
No cabe duda que dormir, además de ayudar a recargar la energía del cuerpo y mente, es uno de los mejores placeres de la vida.
Sin embargo, este descanso muchas veces se ve privado por la aparición de pesadillas, mismas que en ocasiones, nos hacen despertarnos sobresaltados en medio de la noche.
Pesadillas comunes
A pesar de lo que se pueda creer, que un sueño de estos es único e irrepetible, lo cierto es que, cualquier pesadilla que podamos soñar, seguramente también la han soñado muchísimas personas más y son comunes a prácticamente todos los seres humanos.
Según estudios realizados por Geneviève Robert y Antonio Zadra, investigadores de la Universidad de Montreal, que analizaron los sueños de más de doscientos voluntarios, estos son algunas de las pesadillas más recurrentes:
1. La muerte de un ser querido
Es una de las pesadillas más comunes que existen, llegándose a interpretar de varias maneras. Desde el temor literal a que pueda pasarle algo malo a alguna persona de nuestro entorno hasta ser un reflejo de nuestros miedos ante posibles cambios vitales y laborales.
2. Agresiones
El inconsciente tiene formas muy extrañas de avisarnos de que algo no marcha bien, y una de ellas es soñar que somos atacados o agredidos, y parece ser una de las maneras que ha encontrado de hacernos entender que hay alguna emoción reprimida que debemos liberar
3. Quedarse sin dentadura
Según la interpretación más habitual de los psicólogos, la dentadura representa la autoconfianza. Y el hecho de que se nos caigan en un sueño, es un reflejo de que algo nos está haciendo sentirnos inseguros. Otros lo relacionan con la muerte de algún allegado.
4. Buscar un baño y no encontrarlo
Esto es recurrente en personas que se preocupan más por las necesidades ajenas que por las propias.
5. Ser perseguido
El psicólogo Ian Wallace explica que se trata de un reflejo de la frustración que nos provoca en la vida real la incapacidad de conseguir algo que ansiamos mucho, o de lograr nuestros objetivos vitales.
Fuente: El debate
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