Discutieron porque el chico se la pasaba jugando y no ayudaba con el negocio familiar.
Una vez más, el gusto por los videojuegos se ve manchado por una tragedia. Un joven de Tailandia se suicidó después de discutir con su padre acerca de las horas que pasaba con los interactivos.
De acuerdo con medios de aquél país, el chico, de 21 años, prácticamente no ayudaba en la tienda familiar, prefieriendo estar frente a cualquier clase de videojuego; harto de esta conducta, su padre lo confrontó señalándole su irresponsabilidad, le dijó que tenía que parar y ponerse a ayudar.
Sin embargo, el joven no hizo caso y siguió con su actividad; ante esta falta de reacción, su padre (que trabaja como policía) tomó una pistola 9mm, la pusó frente a él y mencionó que si no iba a dejar de jugar, le disparará; acto siguiente, tomó el arma y se disparó en la cabeza. Aunque recibió atención médica, falleció al llegar al hospital.
Lamentablemente, este no es el primer caso en que una persona atenta en contra de su integridad física por no querer dejar los videojuegos; si bien es un medio de entretenimiento muy completo e incluso puede llegar a ser considerado una forma de arte. Como otras cosas, el abusar de este es por demás conflictivo y puede afectar nuestra relación para con los demás y nuestro entorno; está bien jugar, pero no es una prioridad.
Fuente: SDP Noticias
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