Respuesta a lo que nunca te atreviste a preguntar sobre las Relaciones Sexuales.


Si tú también tienes dudas sobre la sexualidad, este cuestionario será de gran ayuda para ti. ¡Toma nota!

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¿Hay una edad límite para el sexo? ¿Los ancianos tienen encuentros sexuales, hasta cuántos años?


No hay ninguna edad límite para tener relaciones sexuales. Recordemos que cuando hablamos de relaciones sexuales no nos estamos refiriendo únicamente al coito, o a la penetración del pene en la vagina. Podemos tener relaciones de tipo sexual cuando nos acariciamos, tenemos sexo oral, sexo virtual o cuando tenemos otro tipo de acercamiento que permita expresar nuestro deseo.


La edad dorada del erotismo es justamente la que viven los adultos mayores. Eliminada la preocupación por la reproducción y por el cuidado de los hijos o hijas, nuestros abuelos y abuelas pueden dedicarse a brindarse placer, pese a los cambios físicos que pueden afectar la respuesta sexual, tales como la falta de lubricación en las mujeres y en algunos casos, dificultades para iniciar y/o mantener la erección en los hombres. Por fortuna, la sexualidad no se vive en los genitales. La exploración erótica depende más de la creatividad, la confianza y la intimidad entre las personas que del pene o la vagina.

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¿Con qué frecuencia se masturban las mujeres?

La masturbación es definida por Master & Johnson “como toda forma de autoplacer sexual obtenido mediante cualquier tipo de estimulación física directa”. Cada vez son más las mujeres que se masturban debido a que algunas han ido empoderándose de su cuerpo y practican sus derechos sexuales, en especial, el derecho que tiene toda persona al placer y al autoerotismo. Aún se asocia la masturbación a lo pecaminoso, a lo malo y a lo que no se debe hacer, desconociendo los beneficios de esta práctica. Por ejemplo, en el ámbito de la terapia sexual, el autoerotismo se recomienda para el tratamiento de algunos problemas sexuales, tales como vaginismo, anorgasmia, disfunción eréctil, eyaculación precoz, entre otros.

¿Cuáles son los riesgos de hacer tríos o swingers?

Los tríos y las practicas swinger no son lo mismo. Los tríos son la práctica sexual y erótica que comparten tres personas, en donde el objetivo del encuentro es brindarse placer sexual. Por otro lado, las prácticas swinger, hacen referencia al intercambio de parejas para un fin sexual, algo así como, tu con mi novio y yo con el tuyo. (Un ejemplo reduccionista pero que nos permite entender a grandes rasgos este amplio y lúdico mundo).

Los riesgos de estas prácticas dependerán de qué tan preparados estamos física, emocional y psicológicamente para ellas. En el aspecto físico, es importante el uso del condón desde el inicio de la relación sexual, en el momento mismo en que inicia la penetración. Además debe haber un cambio de preservativo, cuando se cambia de pareja sexual en la misma escena. A nivel emocional y psicológico es importante contemplar las posibles emociones y sentimientos que se pueden presentar antes, durante y después de esta práctica, para poderlos afrontar con madurez y en aras de propio bienestar y el de la pareja. En consulta he visto como algunas personas sienten una gran culpa después de estar en un trío y otras, por el contrario, mejoran su vida sexual de pareja a través de estas prácticas. Las reacciones son distintas.

¿Ellos pueden fingir un orgasmo?

Sí, pero no pueden fingir una eyaculación. Recordemos que orgasmo y eyaculación son dos fenómenos diferentes. Al respecto de fingir orgasmos, he escuchado a algunos hombres decir que después de estar largo tiempo dedicados a la penetración y se encuentran cansados, actúan como si hubieran tenido un orgasmo, sacan con rapidez el condón y lo botan a la basura, antes de que su pareja le revise qué tanto eyaculó. Recuerdo otro, que me comentaba que siempre se mojaba mucho, que soltaba mucho líquido preeyaculatorio, y que cuando no podía o no quería eyacular, la cantidad de fluido que había en la vagina de su pareja era suficiente para que ella creyera que había tenido una eyaculación.

¿Por qué los hombres deben siempre estar dispuestos y ellas siempre se hacen las difíciles (es una postura social más que realidad)?

Esto es una exigencia sobre los hombres que es poco realista y bastante inequitativa. Ellos no deben estar siempre dispuestos, al igual que cualquier ser humano, el deseo sexual es cambiante, así que a veces están dispuestos al sexo y a veces no. Lo mismo pasa con las mujeres. Sin embargo, el machismo nos ha enseñado que “el hombre es el que propone y la mujer dispone”, “el hombre siempre está dispuesto” y “la mujer debe hacerse la difícil para no pasar por una cualquiera”. Esta desigualdad entre los sexos nos conduce a la violencia, a la discriminación, a la limitación de las posibilidades humanas y eróticas de ambos géneros limitándonos la posibilidad de ser nosotros mismos y obligándonos a cargar la pesada mascara de la masculinidad y la feminidad hegemónica.

¿Cuándo se es adicto al sexo? ¿Cuáles son los patrones para definirlo?

Se es adicto cuando hay comportamientos sexuales que traen problemas. Por ejemplo, que me guste acostarme con varias personas y eso no le guste a mi pareja, o ver mucha pornografía y no poder dejar de hacerlo, o ir adonde las prostitutas con frecuencia. La adicción no la causa la frecuencia, es decir que me guste mucho tener sexo, sino cuando tengo comportamientos que sé que debo dejar y no puedo. Cuando la voluntad no nos sirve. En Colombia las adicciones más comunes son la pornografía, ser promiscuo o contratar trabajadores sexuales.

¿Qué hacer si mi hija o hijo me dice que es homosexual? ¿Cómo manejar la situación?

Primero, hay que entender que independientemente de con quién se acueste el hijo, estemos o no de acuerdo, lo que necesita una persona que descubre que su orientación sexual no es la que “manda la sociedad” es mucho apoyo y amor, y en eso los papás son claves. En otras palabras, no puedo dañar mi relación padre-madre-hijo porque esté o no de acuerdo con su vida sexual.

Segundo, nuestra cultura es sexofóbica, entonces si mi hijo es rechazado por sus preferencias sexuales, los padres deben darle el respaldo necesario para afrontar la situación. Y tercero, las familias deben tener claro que ni la psiquiatría ni la psicología califican la homosexualidad como una enfermedad. La consideran como una forma diferente de vivir la sexualidad. No hay tratamientos. Así como es muy difícil hacer que un hombre heterosexual se vuelva homosexual, convertir a un gay es muy difícil.







Fuente: Cromos
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