Cartel de Los Carrillo Fuentes, dinastía de muerte.


Amado Carrillo Fuentes en 1997 falleció después de una cirugía plástica en la Ciudad de México

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Seguramente ha escuchado hablar de “El Señor de los Cielos” en la parada de camiones, en el café o hasta en la reunión familiar.

Se trata de un personaje del mundo del narcotráfico que  se ganó el apodo gracias a las estrategias que empleaba para contrabandear drogas de México hacia Estados Unidos, además de que fue uno de los capos más buscados por ambos gobiernos.

Dicen que tenía su propia flota de aviones para realizar sus envíos de drogas.

Su nombre fue Amado Carrillo Fuentes, alias “El Señor de los Cielos”.

El capo falleció el 4 de julio de 1997, luego de que se sometiera a una cirugía plástica para cambiar de apariencia.

La intervención fue realizada por un grupo de cirujanos plásticos en una clínica particular de la Ciudad de México.

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La información que se generó a través de los medios de comunicación establece que después de la operación, Amado sufrió complicaciones de salud durante la madrugada del día 4.

Por este motivo, le fue suministrado un sedante que terminó por quitarle la vida.

Meses después, los cirujanos que tuvieron en sus manos al líder del Cártel de Juárez fueron asesinados. Cuatro años antes –24 de diciembre de 1993–, Amado  logró salvar su vida durante un atentado a balazos cuando se encontraba en compañía de su esposa en un restaurante de la Ciudad de México.

Versiones señalan que los responsables fueron gatilleros al servicio del extinto cártel de los Arellano Félix. Tras la muerte de Carrillo, su hermano Vicente, alias “El Viceroy”, se hizo cargo del grupo delictivo, en alianza con el Cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán y con Ismael “El Mayo” Zambada.

Capo de capos.

“El Señor de los Cielos” fue sobrino del extinto narcotraficante Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”. En la década de los 80, “Don Neto” envió a Amado a Chihuahua para que inspeccionara los envíos de cocaína que realizaba su tío.

Tras la muerte de Rafael Aguilar Guajardo, Amado asumió el liderazgo del Cártel de Juárez y se encumbró como uno de los narcotraficantes más poderosos y buscados en México.

Se le atribuyó el lavado de más de 200 millones de dólares del Cártel de Medellín para financiar su flota. Logró hacer lo que otros traficantes no lograron en su momento, tener de su lado a un alto mando militar: el general Jesús Gutiérrez Rebollo.

Este militar, quien  fue calificado como inquebrantable, brindó protección al “Señor de los Cielos” hasta que fue descubierto.

Dinastía marcada.

La dinastía Carrillo Fuentes está conformada por seis hombres y dos mujeres. Cuatro varones están muertos. Estos son Amado, Cipriano, Rodolfo y José Cruz. Los que se encuentran vivos se llaman Alberto y Vicente, este último preso este año por narcotráfico, delincuencia organizada y portación de arma de fuego.

Un hijo del extinto Amado también estuvo preso en 2009. Se llama Vicente Carrillo Leyva, alias “El Ingeniero”.

El 11 de septiembre de 2004, Rodolfo Carrillo Fuentes, “El Niño de Oro”, fue asesinado junto con su esposa en el estacionamiento de una plaza comercial de Culiacán.

Este suceso rompió con la asociación que tenían los Carrillo Fuentes con el Cártel de Sinaloa y despertó una cacería que cobró la vida de cientos de personas.

Para vengar la afrenta que le habían hecho, Vicente ordenó matar a Arturo Guzmán Loera, alias “El Pollo”, hermano de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien se encontraba preso en el penal de máxima seguridad de La Palma, Estado de México.

Ahora se dice que los hijos de Vicente Carrillo Fuentes son lo que dieron continuidad a esta dinastía de narcotraficantes que ha sido marcada por la muerte... y por la cárcel.





Fuente: El blog del narco
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