¿Está bien darle nalgadas a tus hijos de vez en cuando? Un experto te responde


“El niño se queda con la idea de que la fuerza física es aceptable y viable para arreglar problemas”. ¿Tú estás de acuerdo?

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Es una creencia popular y extendida por generaciones que darle nalgadas a tus hijos que tienen mal comportamiento es una buena medida correctiva, necesaria, y que forma parte del proceso educativo. Sin embargo, cada vez más personas están en contra de esta acción al darse cuenta de que por el contrario, puede perjudicar psicológicamente a los niños.



Países como Canadá han prometido abolir el derecho de los padres para disciplinar físicamente a los niños y entidades como Massachusetts, en Estados Unidos, dictaminó que la nación estaba justificada a negar la crianza de hijos adoptivos a parejas que practican el castigo corporal.

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¿Si es perjudicial, por qué los padres les pegan a sus hijos?

Michelle Knox, Psiquiatría de la Universidad de Toledo, en Ohio, Estados Unidos, cita una fuerte correlación entre el castigo corporal y el abuso infantil, y señala que “las nalgadas son a menudo el primer paso en el ciclo de abuso de menores.”

Lo que puede empezar como el deseo bien intencionado de los padres para disciplinar a un niño a menudo termina con la ira de los padres y los golpes empeorando.

No es que el padre sea el “malo” o un “abusador de niños”. Sino que muy a menudo, el papá se desespera y reacciona instintivamente. También es por la falta de conocimiento de métodos alternativos de disciplina como quitar privilegios o reforzar los comportamientos del niño que si son apropiados.


¿Cuál es el daño psicológico que se produce en un niño que es castigado corporalmente?

En 2011, la Asociación de Enfermeros de Estados Unidos señaló que el castigo corporal es un factor de riesgo para que los niños desarrollen un patrón de comportamiento impulsivo y antisocial. Además, los pequeños que sufren este castigo tienen más probabilidad de ser violentos en la edad adulta.

Del mismo modo, la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente llegó a esta conclusión:

“Aunque el castigo corporal puede tener una alta tasa de modificación inmediata comportamiento, es ineficaz con el tiempo, y se asocia con aumento de la agresividad y la disminución de la internalización moral de la conducta apropiada”.

Existe un fuerte consenso en la comunidad de salud mental de que cualquier forma de castigo corporal puede causar daño.

Es decir, las nalgadas al niño parecen útiles de inmediato, pero lo perjudican a largo plazo. El niño se queda con la idea de que la fuerza física es aceptable y viable para arreglar problemas.


Al contrario, la evidencia es prácticamente nula para apoyar la creencia de que los padres sí ayudan a sus hijos a través de los golpes.

Por lo tanto, los padres que no hayan otra alternativa que golpear a sus hijos cuando se portan mal, son quienes deben cambiar. Pueden buscar apoyo profesional para reducir su nivel de estrés, así como aprender a usar métodos de disciplina alternativos para suplir el castigo corporal.

Para aquellos que piensan, “a mí me dieron nalgadas y salí bien”, o “le di nalgadas a mis hijos ¡y están muy bien!”, considera que no sabes cómo serías o cómo se comportarían tus hijos en un mundo sin nalgadas.

Podría ser que tu hijo prospere no debido a tus nalgadas, sino a pesar de estas.

Fuente: upsocl
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